Al elegir una profesión acostumbramos creer que será para siempre, pero en algunas ocasiones el comienzo de la vida laboral y la puesta en práctica de lo aprendido nos demuestran lo contrario. Una situación de despido -outplacement, puede ser un disparador para cambiar de profesión.

Implicará comenzar de nuevo, volver a estudiar e identificar un área que nos interese con el riesgo latente de decepcionarnos nuevamente… Pero algunas veces tomas esta decisión de cambiar es mucho más sencillo de lo que se imagina.

Existen determinadas cualidades personales y profesionales ampliamente valoradas en distintos sectores profesionales, por lo que tener alguna o varias de ellas lo hará mucho más sencillo de lo esperado.

Por ejemplo, la gestión de proyectos es una cualidad apreciada en diversos sectores y empresas. Por lo general, aquellos que poseen la capacidad para gestionar de forma correcta distintos proyectos al mismo tiempo y llevarlos a buen puerto acceden a puestos de mayor importancia y remuneración.

El liderazgo es otra de las habilidades claves, que toda empresa quiere encontrar en sus empleados. Si tienes cualidades de líder no importa que cambies de profesión, seguramente también podrás liderar un equipo en tu nuevo sector de trabajo. Lo importante es saber cómo mantener el compromiso y la motivación de los empleados para que su desempeño en los proyectos asignados sea óptimo.

La visión o planificación estratégica, que poseen aquellos trabajadores capaces de ver hacia dónde va la compañía y plantear objetivos al respecto, es otra de esas “habilidades comodín” que pueden servir para cualquier sector.

En definitiva auto conocerse y reconocerse es el pilar para toda acción que implique un cambio.

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