Los primeros minutos de tu día laboral son críticos para la productividad de las siguientes ocho horas de trabajo. Si llegas tarde a la oficina, o pierdes demasiadas horas respondiendo correos, puede que pierdas el rumbo y te cueste más trabajo concentrarte a lo largo del día.

1. Llegas tarde a la oficina
You’re showing up late to work.

Puede que estés saboteando tu día laboral, incluso antes de que empiece.

Un estudio citado por el Huffington Post reveló que los jefes suelen creer que los empleados que llegan tarde son menos conscientes, y suelen calificarlos con un menor desempeño, independientemente de si esos mismos empleados son los últimos en irse.

Sabemos que no es justo, pero es la realidad, así que intenta llegar a la oficina lo más temprano que puedas.

2. Se te olvida saludar a tus compañeros
You forget to say hi to your coworkers.

Es muy sencillo crear un ambiente agradable para ti y los que te rodean si te das un par de minutos para saludar y platicar con tus compañeros.

Según Lynn Taylor, experta en ambientes laborales y autora del libro “Tame Your Terrible Office Tyrant: Hot to Manage Childish Boss Behavior and Thrieve in Your Job”, si eres el jefe no puedes llegar y sólo decir “hola” a tu equipo sin prestarles atención porque aparentas una falta de habilidades sociales que pueden permear en tus competencias técnicas.

En incluso si no eres el jefe de nadie, hacer una entrada silenciosa a tu escritorio puede hacerte parecer menos amable ante tus compañeros.

3. Tomas café demasiado temprano
You drink coffee too early in the morning.

Si no eres el tipo de persona que se toma una taza de café justo al despertar, lo más probable es que te la tomes en cuanto llegas a la oficina.

Pero las investigaciones sugieren que el mejor momento para beber café es a las 10 de la mañana porque el cortisol, la hormona del estrés que regula nuestra energía, suele tener su momento más alto entre las 8 y las 9 de la mañana. Si tomas café en ese momento, el cuerpo empieza a producir menos cortisol y empieza a depender más de la cafeína.

Una vez que tus niveles de cortisol empiecen a decaer, a eso de las 9:30 de la mañana, entonces es cuando realmente necesitas ese empujón de la cafeína.

4. Empiezas tu día contestando cada correo
You start your day answering every single email.

Una vez que te acomodas en tu silla, lo más tentador es meterte de lleno en los correos que llegaron durante la noche.

Pero según Michael Kerr, orador internacional y autor de “You Can’t Be Serious! Putting Humor to Work”, los primeros 10 minutos de tu día deberías emplearlos en hacer un análisis rápido de los correos para priorizarlos. Así puedes saber si hay algo urgente que responder y luego crear un plan para contestar los demás a lo largo del día.

“Contestar correos puede convertirse en una de esas tareas que te hacen sentir que estás logrando cosas, pero el verdadero riesgo está en que no ponerle atención a las cosas que demandan una acción inmediata, y permites que sean los demás los que dicten tu agenda del día” le dijo Kerr a Business Insider.

5. Olvidas crear una agenda tentativa antes de ponerte a trabajar
You forget to make a tentative schedule before launching into your work.

Antes de meterte de lleno en el trabajo, Taylor sugiere tener una idea de hacia donde debe ir tu día, y esto incluye escribir tus prioridades y lo que debes terminar en la jornada, así como revisar bien tu calendario.

Debes tener en mente los eventos que ocurrirán durante el día y si necesitas prepararte para alguna llamada o reunión. De otra forma pueden tomarte por sorpresa y sólo recibir un recordatorio 10 minutos antes de que tengas que reunirte con tu equipo, justo cuando estás más concentrada haciendo una propuesta para un proyecto.

Allana Akhtar and Shana Lebowitz

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