Ante la segunda llamada de una entrevista se sienten mariposas en la panza. De la inquietud debemos pasar a prepararnos concienzudamente. Primero es probable que la segunda entrevista sea realizada por una persona que no te habían presentado durante la primera instancia, porque generalmente cuando superás etapas te envían a secciones más específicas. Por ejemplo, la primera vez que te convocaron quizá te entrevistó el personal de recursos humanos y en esta segunda fase, te deriven al jefe del área para la cual trabajarías.

Seguramente deberás contestar preguntas específicas sobre tus empleos anteriores, pasantías, programas de voluntariado o experiencia extracurricular en la Universidad. Los entrevistadores querrán saber cómo desarrollarás las tareas que te encomienden, por lo cual podrían pedirte que elabores un pequeño plan de acción sobre tu primer año en la empresa y las aspiraciones que posees.

También te interrogarán sobre un aspecto del CV que no lograste una respuesta satisfactoria o minuciosa en la primera entrevista,también podrían repreguntarte para que te explayes o busques otra manera de explicarte. Lo mejor que podés hacer es prevenir la situación pensando qué argumentos defenderás en cada uno de los temas inconclusos o incompletos que se trataron la última vez.

Es el momento de explorar tus habilidades para determinar si estás apto para desempeñarte en el puesto. La manera de evaluar tus capacidades es planteándote problemas prácticos que reflejen características de tu personalidad. Defectos y virtudes, tres objetos que llevarías a una isla desierta o explicar cómo “te atás los cordones” con los ojos cerrados, son problemas típicos propuestos por los reclutadores.

Además de ser interrogado, es importante que hagas preguntas sobre los aspectos que no te quedaron claros la primera vez. Es una oportunidad de aprender más sobre la empresa, la cultura corporativa, las expectativas sobre los empleados, tus tareas específicas y otras inquietudes que tengas. Una buena práctica es escribirlas previamente.

Es probable que te confirmen sobre el salario que ofrecieron en la primera entrevista y tal vez agreguen detalles sobre beneficios o compensaciones que maneja la empresa; como bonos, incentivos o flexibilidad horaria. Es conveniente esperar que tu potencial empleador traiga el tema a colación y tantear si sus argumentos son lo suficientemente sólidos o se pueden negociar a tu favor, por la formación y experiencia que acumulaste. Demostrá tu valor para el mercado, averiguando previamente los rangos salariales para tu condición actual.

Una vez que ambas partes estén conformes con las preguntas y respuestas que surgieron en la segunda charla, te mostrarán las instalaciones para que te familiarices con el lugar e incluso podrían presentarte a posibles colegas. Procurá manifestar interés en las operaciones de la compañía, un perfil curioso y con ganas de aprender vence a quien parece desmotivado, aburrido o fuera de su zona de confort.

Antes de despedirte, te informarán sobre la cantidad aproximada de días que deberás esperar para conocer el resultado definitivo. Si te ofrecen el cargo en el momento, no contestes apresuradamente. Tomate un día para pensarlo alegando que los llamarás en la brevedad para confirmar o descartar la oferta. Evitá las demoras innecesarias porque en este punto los candidatos son escasos y presentan condiciones similares, por lo que podrían llamar al siguiente en la lista y cerrar el trato.

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