Nos dan la mala noticia de que somos desvinculados de la empresa a la que dedicamos años de nuestra vida. Shock, bronca, sorpresa, sensación de vacío, abandono, tristeza. ¡Cuántas emociones! Y por sobre todo miedo a lo que vendrá, a lo desconocido, a la incertidumbre.

Cuántas veces tuvimos esa sensación de parálisis, de inacción y no sabemos exactamente definir qué nos está pasando. En realidad no es más ni menos que “miedo”. Ante una situación nueva nos aparece esta inexplicable sensación de no saber qué hacer, qué rumbo tomar.

Para tranquilizar esos miedos, los seres humanos creamos mitos como la seguridad, la predictibilidad y la permanencia en el tiempo. Sin embargo, si solo observamos la naturaleza podemos ver que las cosas no ocurren de un modo predecible, no podemos predecir inundaciones, huracanes, sequías y todo tipo de eventos naturales que año a año muestran que la seguridad que tanto deseamos no existe y que el destino no se encuentra en nuestras manos.

Entonces, ante un nuevo desafío al que la vida nos enfrenta, aparece necesariamente esta sensación que nos impide dar vuelta la página y comenzar un nuevo capítulo. Sin embargo dicen que el reverso del miedo es el entusiasmo, la excitación. Cuando avanzamos y superamos esos “miedos” descubrimos que la vida se pone más colorida, más intensa y más interesante.

¡Entusiasmémonos, desafiemos los miedos!

Mónica Calero

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