La industria siderúrgica atraviesa un buen momento y no es para menos. Desde hace casi un año los principales drivers de la economía, esto es, la construcción, agroindustria, hidrocarburos no convencionales por el desarrollo de Vaca Muerta, todo el capítulo de energías renovables, junto a la industria automotriz, son todos sectores que tienen una importante demanda de acero o en los que alguno de los segmentos de la siderurgia es un insumo clave.
Según datos difundidos por la Cámara Argentina del Acero (CAA), la producción de acero crudo correspondiente a enero de 2018 alcanzó las 343.800 toneladas, un 18% más que el mismo mes de 2017. El documento señala, además, que la fabricación de laminados en caliente, una etapa clave del proceso de producción, llegó el primer mes del año a 379.600 toneladas, 23,6% por encima de los niveles alcanzados en enero de 2017.
El segmento de acero largo y otros destinados a la construcción representan hoy el 50% de la producción total de acero en Argentina, mientras que la industria (automotriz, electrodomésticos, metalmecánica, tubos) se lleva un 35%, y crece el entusiasmo en el sector por el uso de bitrenes.
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