«Si has construido castillos en el aire, tu trabajo no se pierde; ahora coloca las bases debajo de ellos.», Dave Ulrich
Como dice Dave Ulrich, el talento no es un grupo de principios ideales abstractos, desconocidos ni impersonales. Ni es un grupo aleatorio de programas y políticas que se llevan de acuerdo con la moda del talento. Para Ulrich, uno de los grandes gurús de la Dirección de Personas y profesor de la Universidad de Michigan Ross School of Business, el talento es una fórmula clara, es la competencia por el compromiso por la contribución. Como dice el autor, aun con el riesgo de simplificar mucho, existe aparentemente una fórmula para el talento que puede ayudar a los profesionales de la DPT y directores generales para pasar sus aspiraciones de talento en acción.
Nosotros podemos definir el talento en la empresa como un comportamiento excepcional (sobresale a la norma) que se vincula con resultados de excelencia en las empresas. Este comportamiento es modelo y guía para la organización, y por lo tanto genera no solo resultados sino cultura y valores conformando la cultura de talento. Por ello, el concepto de talento se vincula con el rendimiento excelente, con la productividad, con la innovación y la creatividad, con el pensamiento estratégico y anticipatorio, con la flexibilidad cognitiva y la agilidad de aprendizaje.
No debe confundirse el talento con el alto rendimiento solo, pues el talento tiene potencial de aprendizaje y crecimiento. El personal con talento garantiza que la organización no solo tiene éxito en el presente sino en el futuro por su agilidad en el aprendizaje y su gran flexibilidad cognitiva.
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