En un informe llamado «The Risk of Automation for Jobs in OECD Countries», Melanie Arntz, Terry Gregory y Ulrich Zierahn muestran como hoy en día la automatización y la robótica son una amenaza real a los puestos de trabajo, en especial en los países más desarrollados, donde la incidencia de la tecnología es mayor. Según este informe, el 47% de los puestos de trabajo actuales de los Estados Unidos están bajo riesgo de ser automatizados en 10 o 20 años. Otros estudios muestran que el 40 % de los trabajos de hoy no van a existir en el futuro.
No es la primera vez que la humanidad se encuentra con un desafío como éste, y la verdad es que todas las ocasiones anteriores terminaron más o menos bien. Los avances de la tecnología en el empleo comenzaron siempre con rechazo, recelo y desconfianza, pero al tiempo trajeron bienestar, bajaron los riesgos de vida y accidentes, permitieron el acceso a bienes que antes eran prohibitivos para las grandes masas. ¿Los éxitos anteriores nos garantizan que esta batalla está ganada? De ninguna manera porque es posible que el impacto sobre el empleo esta vez sea mayor.
La principal amenaza pesa sobre los trabajos manuales, los trabajos repetitivos o seriados, pero también sobre aquellos que se manejan con normativas muy estrictas, en los que la persona no decide sino en base a reglas. Analistas de riesgo por ejemplo entrarían dentro de este tipo de puestos.
En Argentina, donde se evidencia más claramente el avance de la tecnología sobre el trabajo humano es en el campo. Con las sembradoras inteligentes y todo el sistema de siembra directa casi no hay humanos operando el proceso.
Por supuesto que este escenario hace surgir muchísimos otros trabajos que antes no existían o cuya demanda era bajísima. Los profesionales de sistemas de información tienen una altísima demanda, pero no solo ellos son estrellas. Los ingenieros también son requeridos, ya que son los que transforman en realidad esos sueños (o pesadillas) de ver la tecnología aplicada.
Entonces, ¿el futuro que nos espera es negro para los trabajadores? Quiero creer que no y por eso acá van algunos comentarios para tratar de sacar ventaja de esta nueva realidad:
Flexibilidad: los tiempos de cambios profundos requieren flexibilidad y adaptabilidad. Estas dos habilidades serán clave en cualquier profesional o trabajador. Es importante desarrollarlas a través de la experiencia.
Especialización: va en contra las oportunidades en el contexto que se viene. Si tu trabajo es muy específico, trata de salir de ahí y buscar experiencia en otras áreas de la compañía o en tu misma área pero haciendo otra cosa.
Automatización: analizá tu puesto de trabajo y fijate qué se puede automatizar. Esto te va a permitir dos cosas, saber si es un puesto de alto riesgo a ser reemplazado y tomar las riendas de tu carrera sabiéndolo.
Networking: los puestos menos amenazados son los que sostienen el networking y agregan valor con ello. Buscá orientar tu carrera hacia los puestos de experiencia con el cliente o proveedores.
Tecnología: dominá la tecnología y que ella no te domine a vos. No hace falta saber programar pero tenés que poder moverte cómodamente con las herramientas tecnológicas
Aunque cualquier futuro en el que intervenga la voluntad humana es imposible de predecir, los datos actuales de robots en fábricas automatizadas hacen pensar que estas advertencias no son solo fantasías. Tal vez sea un buen momento para comenzar a estar preparados.
Lee Hecht Harrison ayuda a dar el próximo paso mediante estrategias, planificación y tácticas; desarrollando habilidades fundamentales que, al ejecutarlas en forma efectiva, logramos que la persona avance en su carrera hacia una posición en la que se encuentre satisfecha y realizada. Haga click aquí para más información.