Algunas de las decisiones más difíciles de nuestra vida involucran el saber cuándo ser persistentes y cuándo empezar de nuevo. Muchas veces la reinvención es la diferencia entre el éxito y el fracaso. La reinvención es un giro de 180 grados a fin de cambiar de manera total generando algo totalmente nuevo, renovado. Todo evoluciona y cambia, entonces ¿Por qué no podemos hacerlo nosotros mismos?
Las empresas y las personas se reinventan. No cambiar significa no crecer, son sinónimos. ¿Cuándo termina este proceso de cambio? ¿Cuándo deja de ser necesario reinventarse? La respuesta ya debe de ser obvia: termina cuando dejamos que nuestro desarrollo y nuestro crecimiento terminen.
Tres ideas para acompañar tu proyecto, la primera la perseverancia, la segunda eficacia y eficiencia y la tercera salir de la zona de confort, sí aunque duela, hay que dejar de hacer siempre lo mismo.
Reinventarse no ocurre de la noche a la mañana. No es fácil, se requiere dedicación y mucha paciencia. Para lograr que la transformación sea constante, le debes dedicar tiempo diariamente a conseguir tus metas. Asigna prioridades a tus metas y trabajos haciendo listas de lo que vas a hacer y administrando tu tiempo para que seas eficiente y te enfoques en reinventarte.
Sigue la regla de las 24 horas. Si conoces a alguien en un evento de redes de negocios, por ejemplo, dale seguimiento dentro de las 24 horas siguientes para que te recuerden y construyas de esa manera una relación fuerte. Esta regla de las 24 horas nos evita que se acumulen llamadas o correos de seguimiento pendientes y que se olviden o se amontonen en una lista inmanejable.
Sal de tu zona de confort. Somos criaturas de hábitos, pero que los hábitos no te ganen. Al salir de tu zona de confort te fuerzas a vivir nuevas experiencias, conocer gente nueva y aprender algo nuevo.
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