Según el organismo el PBI será impulsado por el consumo privado, el gasto público e inversiones. Sus pronósticos sobre inflación, desempleo y deuda externa.
Esta comisión que reúne datos y realiza estudios de proyección económica augura un crecimiento para La república Argentina en su PBI, la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) presentó en Santiago de Chile su Balance Preliminar de la Economía Regional que recoge que la economía argentina crecerá un 2,9% en 2017 y un 3% en 2018.
El informe se basa en que este crecimiento se debe principalmente al impulso del consumo privado, del gasto público y de la inversión, así como a la reducción de la inflación, que estaba en un 40,5% en 2016 y se colocó en un 26% en los primeros diez meses de 2017, y al aumento de un 1,4% del empleo entre enero y agosto de este año.
El informe de la Cepal prevé que al cierre del año el Producto Bruto Interno (PBI) por habitante crecerá un 2%; la inflación será de un 22,9%; y el desempleo se colocará en el 9%, medio punto porcentual más que al finalizar el año anterior.
La deuda externa creció en 2017 con respecto al año pasado, el déficit fiscal se mantuvo en un 4,7% del PBI, la balanza de pagos terminará el año con un déficit de u$s26.853 millones y un superávit de u$s39.965 millones en la cuenta de capital y financiera.
Según el análisis de la Cepal, la recuperación de la economía argentina también fue motivada por los crecimientos de las economías de países vecinos, que incidieron positivamente en las exportaciones.
La Cepal explicó que la economía de la región crecerá en 2018 a su ritmo más alto en casi un lustro.
Tras dos años negativos en términos de desempleo, la desocupación en zonas urbanas también caerá -del 9,4% al 9,2%- en paralelo a la mayor actividad económica.
a evolución de los precios de las materias primas -un factor «muy relevante para las economías de América Latina y el Caribe», subraya la Cepal- seguirá su tendencia positiva en 2018.
Tras caer un 4% hace dos años, en el ejercicio actual su cotización cerrará con un repunte superior al 10%. Las mayores alzas se registran en los productos energéticos (justamente los que en 2016 evidenciaron las caídas más pronunciadas) y en los metales y minerales.
«De no mediar conflictos de carácter geopolítico, para 2018 se espera que los precios de los productos básicos permanezcan, en promedio, en niveles similares a los de este año», agrega el organismo.
Una condición sine qua non para la expansión de una región que sigue dependiendo en gran medida de la venta de commodities.
En la esfera financiera, la Cepal subraya que América Latina y el Caribe se seguirán beneficiando de los bajos tipos de interés en Europa, Estados Unidos y Japón -pese a que la senda de normalización monetaria ya está en marcha-, de una menor volatilidad financiera y de un descenso en la percepción de riesgo.
Según explicó el organismo, la economía latinoamericana tiene dos motores: México y Brasil.
El primero carbura sin grandes problemas, aunque por debajo de su potencial (en 2018 crecerá un 2,4%, la tercera cifra más baja de los últimos siete ejercicios) y siempre pendiente de lo que ocurra con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), amenazado por el presidente de estados Unidos, Donald Trump, y del que depende la cuarta parte de su PIB.
El segundo empieza a despertarse de un largo letargo: tras la recesión de 2015 y 2016, que se comió casi un 7% de su riqueza, y la purga sus excesos en los años de vino y rosas, la mayor economía del subcontinente recupera poco a poco su tono y encadenará su segundo año consecutivo al alza. Si sus siempre convulsas aguas políticas lo permiten, Brasil crecerá en 2018 un 2% gracias a la recuperación de los precios de las materias primas en los mercados internacionales y la estabilización del consumo interno.