Algunas de consecuencias de no aprender a desconectarnos del trabajo pueden ser: mal humor, insatisfacción y frustración personal, altos niveles de estrés, afectación en las relaciones personales, preocupaciones, agotamiento intelectual, sensación de vacío y soledad e incluso molestias físicas.
Es importante que entiendas que el cuerpo humano no es una máquina y se cansa. Para que no sufras las consecuencias de estar conectado permanentemente al trabajo, mira algunas de las actividades que me han permitido disfrutar de las demás cosas que me rodean:
1.- Desconéctarse
Estar conectados permanentemente a Internet, al correo electrónico, a las redes sociales o simplemente estar disponible en el teléfono celular son, en la actualidad, los principales factores que nos mantienen siempre conectados a situaciones laborales. En la medida de lo posible apaga el celular, la tableta o la PC por lo menos un par de horas al día y olvídate de todo lo laboral.
2.- Premiarse
Puedes premiarte con tu platillo favorito o un postre; puedes ver tu película favorita o una que no hayas visto; puedes regalarte un paseo en fin de semana, etc. Pero lo más importante es que durante ese tiempo de disfrute no hagas nada que tenga que ver con el trabajo. Tal vez descubrirás cosas como que tiene dos años que no ibas al cine o que devoras tus alimentos sin disfrutar el sabor que más te gustaba de niño.
3. Hacer ejercicio
Aunque no seas un atleta, siempre puedes ejercitarte. Las actividades deportivas pueden ayudar a liberar el estrés, sin embargo, son de las primeras cosas que se sacrifican cuando el trabajo nos absorbe. Si no tienes preferencia por alguna actividad deportiva, basta con caminar durante 30 minutos.
4. Conversar
Incluso durante la jornada laboral puedes disfrutar de conversaciones que nada tengan que ver con el trabajo, sólo busca el momento propicio. Conversar con tus familiares más cercanos sobre su día es una excelente forma de relajarte y disfrutar un buen rato alejado del trabajo.
5. Retomar un hobbie
Estas actividades son las te recargan de energía y te causan enorme alegría. Vuelve a patinar, a jugar ajedrez, a escalar una montaña, a dibujar, a pintar, a tocar la guitarra, a jugar futbol, a bailar, etc… La recomendación es que lo hagas cotidianamente para se te olviden las cargas de trabajo.
El secreto no es dejar de trabajar, es desconectarse totalmente de la carga de trabajo por ratos y disfrutar esos momentos al máximo.
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