La forma en que damos la mano afecta la manera en que los demás nos ven por primera vez. Un buen apretón tal vez no se recuerde, pero un apretón blando o mal dado sí queda grabado en la memoria.
Está claro que nadie nos va a juzgar solamente por la forma en que damos la mano, pero todos conocemos ya la importancia de la primera impresión. Y si la situación es una entrevista de trabajo, la forma de dar la mano adquiere una mayor importancia todavía.
Hay varios estudios realizados sobre formas de dar la mano que dicen que los millenials tienen un apretón que no aprieta, que es blando, sin fuerza. Dice que los individuos en edades entre 20 y 34 años dan la mano en forma mucho más débil que sus equivalentes 30 años atrás.
Como descubrimiento, es algo que sería bueno tener en cuenta; y también que un apretón que haga doler es igualmente contraproducente.
A esto agregamos
Altura: Si alguien intenta dar la mano en posición de superioridad, suele darla a una altura mayor que la de la otra persona. Al poner la mano de la otra persona sobre la suya quiere dar entender esa posición dominante.
La contrapartida es: Inferioridad, Si la mano se extiende a una altura muy baja, es decir, por debajo de la otra mano, significa temor, timidez, falta de confianza, e incluso, algunos expertos indican, que puede significar posición de inferioridad.
Y por último la Fraternidad: Cuando en un saludo ambas manos se estrechan a la misma altura significa, igualdad, equivalencia de posiciones, fraternidad.
Y lo que nunca puede faltar es una sonrisa o un gesto agradable es el mejor acompañante del saludo. Aunque éste sea por pura cortesía o compromiso, debe ir con una expresión cordial. Las personas amables siempre tienen mejores oportunidades de caer bien a los demás, que las que no son amables.
Fuente: www.ccn.com.ar