Internet nos da paso a un mundo virtual a través del cual todo es posible. Pero este mundo virtual no difiere mucho del terrestre en el que vivimos. Es por ello que la premisa inicial de la que partimos es: “No hagas en internet lo que no harías en tu vida real”.
Tus contraseñas son la llave de tu intimidad online. Es por ello que una buena elección puede salvaguardar tus cuentas de ladrones informáticos.
Las redes sociales son una mirilla para todo aquel que quiera ver dónde estuvimos el fin de semana pasado, dónde estamos cenando o con quién compartimos nuestros momentos de ocio.
Ya sea en el trabajo o cualquier dispositivo de uso no personal. Es muy importante cerrar sesión de todas las cuentas personales que utilicemos (redes sociales, e-mail, cuentas bancarias…). Es muy habitual que aunque cerremos el navegador, la sesión siga activa, y se abra automáticamente cuando se vuelva a acceder a la página. Piensa que a nadie se le ocurriría dejar las llaves puestas en la puerta de casa.
Nadie regala nada. Es por eso que quien deja acceso libre a la red Wifi quiere obtener algo a cambio. Mientras tú navegas felizmente por un mar gratis, creyendo haber triunfado por ese ahorro de datos que tan escasos están a final de mes, una empresa estará guardando informes sobre tus preferencias de búsqueda en Internet. La información es poder, y elaborar sistemas de datos de usuarios puede reportar mucho dinero. Piensa quién triunfa aquí.
“He leído y acepto las condiciones”. Seamos sinceros: nadie lee
No hay nada más mecánico que aceptar las condiciones al bajarnos una aplicación para el móvil sin haberlas leído. ¡Error!. Nadie firmaría un contrato en la vida real sin leerlo, ¿por qué en internet sí? Aunque normalmente no corremos ningún riesgo, no debemos fiarnos al 100%. No es necesario leerlo todo, pero sí es conveniente echar un vistazo general de lo que conlleva aceptar unas determinadas condiciones de descarga o uso. La información de nuestro teléfono podría quedar expuesta, pero una vez firmada no podremos reclamar absolutamente nada.
Borrar el historial de búsqueda periódicamente. Algo a lo que no estamos acostumbrados, por desconocimiento, por despiste o por pereza, y que aunque no nos perjudique directamente, estamos dando datos acerca de nuestras búsquedas a terceros, rastreando todo aquello que hemos buscado previamente.
3,2,1 ¡Grabando!
Porque más vale prevenir que curar, no está de más controlar las cámaras de los dispositivos de los que nos rodeamos cada día. El más goloso para los hackers es la cámara de nuestro ordenador portátil. Existe la posibilidad de activarla sin que el usuario se dé cuenta. Esto puede prevenirse con un gesto tan sencillo como puede ser poner una pegatina, un posit, o un trocito de papel con cinta adhesiva en el visor de la cámara.
Todo lo que hacemos tiene consecuencias, para bien o para mal. En el caso de las publicaciones on line, debemos ser conscientes de que exponemos parte de nuestra vida, aunque hay quien la expone por completo. Por este motivo, te damos algunos datos que debes valorar antes de publicar, si quieres guardar tu intimidad y seguridad.
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