Según Kerry Howard, un asesor estratégico de salud mental, para lograr la transformación de los lugares de trabajo tóxicos, es fundamental adoptar una postura asertiva, emplear técnicas de comunicación comprobadas y consultar las leyes y directrices vigentes.

Dado que dedicamos más de un tercio de nuestra vida al trabajo, resulta crucial operar en un entorno laboral que promueva el bienestar. Nuestra ocupación suele ser un componente central de nuestra identidad y autoestima, por lo que un entorno de apoyo resulta esencial para nuestro bienestar general. Esto implica contar con un lugar de trabajo que garantice la seguridad psicológica, proporcionando un sentido positivo de nuestro valor y contribución. Asimismo, significa disponer de un entorno laboral que nos brinde la oportunidad de satisfacer nuestra necesidad emocional más profunda: la necesidad de conexión.

CULTURA DEL LUGAR DE TRABAJO

La cultura organizacional en el entorno laboral se refiere al ambiente que se crea para los empleados, desempeñando un papel fundamental en la determinación de su satisfacción en cuanto a su carrera, relaciones interpersonales y desarrollo profesional. La cultura de un lugar de trabajo se configura mediante una combinación del liderazgo de la empresa y los valores, creencias y actitudes de los empleados, los cuales se traducen en comportamientos e interacciones que contribuyen al entorno relacional del trabajo. En esencia, la cultura organizacional establece las normas intrínsecas que rigen las conexiones interpersonales entre los colegas en el lugar de trabajo.

CULTURA TÓXICA EN EL LUGAR DE TRABAJO

La toxicidad en el entorno laboral se origina a partir de un conjunto de comportamientos combinados que resultan contraproducentes. Según el profesor Kenneth Williams, del departamento de ética de la Universidad de Defensa Nacional, cuando la toxicidad es promovida por un liderazgo tóxico, se pueden identificar seis comportamientos específicos que caracterizan una cultura laboral tóxica: hostilidad pasiva, vergüenza, indiferencia, sabotaje en equipo, negatividad y explotación.

La hostilidad pasiva, la vergüenza y la indiferencia, por sí solas, generan la sensación de ser despedido o ignorado al plantear problemas. De hecho, esta es una de las diez preguntas clave desarrolladas por la consultora de rendimiento deportivo y experta en toxicidad, Linnda Durré. Cualquier respuesta afirmativa a estas preguntas indica que el entorno laboral es tóxico. Por ejemplo, una de estas preguntas es: “¿Has solicitado ayuda, pero no ha habido cambios?” La mayoría de las personas responderán “Sí” a esa pregunta.

Según la visión de Durré, algunas personas en posiciones de autoridad mantienen el control a través del abuso de poder. Estos comportamientos abarcan aspectos como el ego, la desconfianza, la paranoia, la crueldad, la injusticia, la desigualdad, la presión, la codicia, la ambición despiadada y la falta de respeto, los cuales tienen un impacto negativo en todos aquellos que los rodean.

Se ha establecido que las culturas tóxicas fomentan actitudes que impactan negativamente en el bienestar psicológico de los empleados. La profesora Carol Ryff, experta en psicología social y titular de la cátedra Hilldale en la Universidad de Wisconsin-Madison, define el bienestar psicológico a través de seis atributos fundamentales: autonomía, dominio del entorno, crecimiento personal, relaciones positivas, tener metas en la vida y autoaceptación. Estos elementos son considerados como pilares para el bienestar emocional y mental de los individuos en el ámbito laboral.

Cuando la toxicidad en una organización aumenta, se observa que los empleados con niveles más altos de bienestar psicológico tienen una mayor probabilidad de buscar una salida, mientras que aquellos con un menor nivel de bienestar psicológico tienden a adoptar una actitud de rechazo pasivo.

RetroalimentaciónResulta evidente por qué estos datos requieren nuestra atención. Si aproximadamente el 80% de los entornos laborales presentan niveles de toxicidad moderados a altos, y el 40% de los empleados experimentan desvinculación pasiva, el 33% perturban activamente el ambiente de trabajo y el 27% están buscando activamente empleo en otro lugar, es comprensible por qué la reducción activa de la toxicidad en el lugar de trabajo debería ser el objetivo principal de todos los líderes. La desvinculación de los recursos humanos conlleva una disminución significativa de la productividad, erosionando silenciosamente la rentabilidad de las empresas a nivel mundial.

Si se busca transformar una cultura tóxica, es necesario adoptar una actitud asertiva, emplear técnicas de comunicación comprobadas y consultar las leyes y directrices existentes. En caso de que estas medidas no resulten efectivas, una opción recomendada es buscar una nueva oportunidad en una empresa saludable, basada en la verdad, la honestidad, la cooperación y la comunicación abierta. Al hacerlo, se propicia un entorno laboral más favorable que promueva el bienestar y el desarrollo profesional.

LA IMPORTANCIA DE LA SEGURIDAD PSICOLÓGICA

La manera en que gestionamos y tratamos a nuestro personal en el entorno laboral está directamente relacionada con la gestión de la seguridad psicológica en el trabajo: la capacidad de sentirse capaz de ser auténtico y humano en el ámbito laboral. Cuando los miembros de un equipo experimentan seguridad psicológica, se sienten con la confianza necesaria para plantear preocupaciones, admitir errores, pedir ayuda, sugerir ideas y cuestionar las formas de trabajo. Se sienten cómodos al desafiar las ideas de otros miembros del equipo, incluyendo a los líderes. Esta cultura laboral fomenta la honestidad y la apertura respetuosa, creando un ambiente donde se valora y promueve el diálogo abierto.

Cuando el entorno laboral proporciona seguridad psicológica, se reducen los riesgos, se fomenta la generación de nuevas ideas y el equipo tiene la capacidad de llevar a cabo esas ideas, creando un sentido de inclusión para todos. Al enfocarse en la construcción de un entorno laboral inclusivo a través de componentes clave para abordar el trauma y promover la seguridad psicológica, se crea una cultura laboral excepcional para el personal, lo que resulta en un aumento de la productividad y las ganancias, y se genera un nivel de positividad que se traduce en una mayor satisfacción general en el trabajo.

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