LOS CIMIENTOS DEL LIDERAZGO EMPRESARIAL

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El liderazgo empresarial debe asentarse en unos cimientos bien sólidos, sobre los que sea posible construir un camino estratégico firme y resistente. Si encabezas un proyecto, un negocio o un equipo de trabajo, has de asegurarte que los pilares de tu liderazgo estén bien asentados y asumidos, sino corres el riesgo de ver cómo el edificio que has construido se tambalea.

¿Qué es el liderazgo laboral?

Hay muchas maneras de definir el liderazgo laboral, igual que también existe una variedad de interpretaciones sobre lo que significa. Una vez nos alejamos de la teoría, vemos que el término “liderazgo” significa distintas cosas para diferentes personas.

Se recurre al concepto de liderazgo a menudo para representar:

La capacidad de lograr que otros sigan a uno.

El uso de la autoridad en la toma de decisiones.

Una característica personal atribuible a un líder que lo configura como tal.

La habilidad para lograr un desempeño efectivo en otros.

Una interpretación general del liderazgo empresarial sería la que lo define como una relación en el contexto laboral a través de la cual una persona influye en el comportamiento o las acciones de otras personas, pudiendo situarse una y otras al mismo nivel o a niveles distintos dentro de la organización jerárquica.

Esta definición muestra que cualquier consideración de lo que contribuye a un liderazgo efectivo no puede hacerse de manera aislada de conceptos como:

El trabajo en equipo.

La estructura organizativa.

La motivación.

Y es que, a pesar de que la visión tradicional veía al liderazgo empresarial como un término relacionado con la autoridad y el control en la toma de decisiones; hoy día, una visión más moderna entiende que el líder tiene un papel más amplio, que incluye entre sus funciones las siguientes:

Compartir una visión.

Construir equipos efectivos.

El liderazgo laboral se ha vuelto particularmente importante en los negocios modernos como resultado de dos factores:

Cambio de estructuras organizativas. Las estructuras más planas y horizontales, como las actuales, requieren una mayor delegación, mayor uso del trabajo en equipo, un marcado enfoque en el aseguramiento de la calidad y entender la necesidad de la capacitación, el apoyo y el empoderamiento a los miembros del equipo.

Cambio rápido en el entorno. El cambio ha de aceptarse como una constante de la vida empresarial. Esto implica reconocer que las habilidades de liderazgo y gestión son cada vez más importantes.

¿Cómo debe ser el liderazgo empresarial?

El liderazgo empresarial debe tener visión. La visión es una representación realista, convincente y atractiva de dónde se quiere estar en el futuro. Por ello, es útil para el líder, al proporcionarle orientación, ayudarle a establecer prioridades y facilitarle la monitorización y medición de los logros alcanzados.

El liderazgo empresarial, cuestión de valores
Según apunta la coach ejecutiva, Marta Williams, el liderazgo se fundamenta en un valor por encima de todos: la credibilidad. Williams explica que es necesario que se sustente sobre seis piezas básicas.
Toma nota:

1 Ética: entendida como la responsabilidad de cumplir con lo que se promete y ser coherente con ello. Es uno de los valores más delicados, ya que muchos líderes tienden a olvidarlo. La ética tiene como cualidades inherentes la justicia, la integridad, la confianza y la humildad.

2 Capacidad: tener “capacidad” implica poder dar resultados medibles. Un líder sin resultados, no será respetado y al cabo de un tiempo será sustituido por otro. Williams apunta que “un líder con capacidad siempre puede hacer lo que dice que va a hacer”, además con eficacia y resolución. Algunas de las cualidades que debe reunir el líder capaz son talento, productividad, habilidad y sobre todo, inteligencia.

3 Valor: ha de enfrentarse a las decisiones y situaciones complicadas, demostrar capacidad de decisión y admitir sus errores. Ha de tener agallas para aceptar las críticas y modificar aquellas conductas que producen malos resultados.

4 Consideración: la relación con el equipo de trabajo ha de ser de respeto y empatía. Todo esto se consigue adquiriendo una actitud de escucha, es decir, dedicando tiempo a los demás, atendiendo sus peticiones y valorando sus opiniones. Además, se ha de ser accesible y mostrar un compromiso con el desarrollo y crecimiento de los colaboradores.

5 Serenidad: especialmente en momentos difíciles o ante contratiempos. Hay que saber mantener la calma, controlar las emociones y ser estable. De nada sirve perder los nervios.

6 Convicción: el buen líder ha de creer en lo que hace. Compromiso, entrega, confianza, son todas las aptitudes que se generan cuando existe convicción. Si el líder no está convencido, ¿cómo puede estarlo su equipo? Ha de inspirarles a seguir su misma dirección.
Cuida tu planteamiento estratégico para alcanzar un liderazgo exitoso
Si reúnes todas las aptitudes que hemos mencionado, tienes capacidad suficiente para que tu liderazgo sea exitoso. Sin embargo, aún te quedan cuatro rasgos estratégicos más que deberás tener muy en cuenta para acabar de perfilarte como el mejor:

7. Visión estratégica y adaptación: sin duda, sin una visión estratégica no se llegará a ninguna parte. Es fundamental tenerla bien clara para que pueda aportar valor al cliente. Además, los expertos en liderazgo empresarial recomiendan tener en cuenta los peligros que amenazan la estrategia que se esté siguiendo y reconocer el momento clave para reorientarla.

8. Valores estratégicos: los valores han de estar alineados con la estrategia y suelen ser constantes y duraderos. La visión suele evolucionar y adaptarse a los nuevos tiempos y diferentes estilos de liderazgo.

9. Inversión en talento: se debe motivar y dar la oportunidad de desarrollarse a aquellos jóvenes profesionales que demuestren talento e implicación y cuyo trabajo sea brillante.

10. Ejecución disciplinada e implacable: la manera de dirigir el proyecto ha de ser impecable y se ha de tener en cuenta el desarrollo profesional de los empleados, la asignación de los recursos, los resultados, la posición de la compañía en el ámbito global…

La motivación, el pilar 11 del liderazgo empresarial

Teniendo en cuenta la evolución de los modelos de empresa y de gestión de proyectos, ahora mismo existe un elemento que no podemos dejar de lado si queremos tener éxito en la labor empresarial: la motivación de nuestros equipos.

Muchos profesionales del sector lo sitúan incluso por encima de otros elementos como la organización, la convicción y la planificación.

Es decir, consideran que sin una motivación adecuada ninguna de las acciones que forman parte del proceso puede llevarse a cabo de forma exitosa, pues se trata de un factor que atraviesa la médula de cualquier proyecto de empresa.

La motivación es tan importante al inicio como durante la ejecución de las tareas. La dirección debe encargarse de que se mantenga vigente y que, pese a los múltiples obstáculos que puedan surgir en el camino, el nivel de implicación del grupo de colaboradores no disminuya ni resulte afectado.

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