Se pueden diferenciar cuatro tipos de mentoring: el Natural, que se da de manera espontánea entre una persona experimentada, que transmite de manera generosa la cultura y el conocimiento de la organización. El mentoring Situacional, que se da cuando un hecho concreto exige que fluya la actitud de mentor de un miembro de la organización respecto a otro. El de Supervisión, lo que implica un condicionamiento de avance y el mentoring Formal, el cual es parte de un programa evolutivo donde mentor y aprendiz cumplen con una secuencia de sesiones.
El mentor con su experiencia, estimula el aprendizaje de su pupilo, haciendo uso de una mezcla de preguntas y diálogo, sin que haya presión, para que el novel descubra por sí mismo, que perciba los asuntos tal como son, sin distorsiones, aunque sí con una perspectiva diferente. Ha de considerar todas las alternativas y las facetas de su situación y contexto laboral, incluidos los conflictos de valores personales, los de sus compañeros y los de la empresa, y también se ha de sentir responsable de la situación, logrando tomar decisiones, así como las acciones pertinentes, llegando a autoevaluar sus resultados.
El mentoring asegura la trasmisión, con precisión y eficacia, de todos los elementos, que en conjunto forman la estructura empresarial. Genera la certeza, de que los aprendices representarán fielmente los valores de toda la compañía, los cuales han recibido, como tales de los expertos, en la misma.
El Mentor es esencial en el proceso de enseñanza-aprendizaje, es un experto con más capacidades profesionales adquiridas tras años de experiencia, y su objetivo principal en este sentido ha de ser la integración de los miembros de la organización en todos los aspectos, especialmente, en el desarrollo de su actividad.
En los procesos de mentoring ha de transmitirse la cultura de la organización a la que se pertenece, el mentor ha de ser un guía para los que no poseen esas experiencias. Todas esas capacidades han de conseguir transmitirlas mediante el contacto personal del experto con su aprendiz.
Podemos decir que los procesos de mentoring tienen los siguientes beneficios:
- Acelera el proceso de aprendizaje
- Acelera el proceso de adaptación
- Facilita los procesos de cambio y tránsito
Supone, a los nuevos en un puesto de trabajo, adaptarse con mayor facilidad a su nueva forma de trabajo
También genera importantes aportes al sistema, mejoramiento de procesos, conocer mejor a los trabajadores internos y sus necesidades, detectar deficiencias y generar soluciones.
Es un recurso de cambio y mejora, en el aprendiz y en la organización a la que pertenece.
La mentorización además de ser un catalizador del proceso de aprendizaje continuo, acorta la curva de aprendizaje del novel que se integra profesionalmente y es útil para estructurar la formación que tiene lugar en el puesto de trabajo.
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