La Organización Mundial de la Salud ha declarado que el estrés es una de las mayores amenazas para la salud en el siglo XXI y predice que para el 2020 cada segunda baja por enfermedad estará relacionada con situaciones de estrés y ansiedad. Su informe propone que uno de los mecanismos de prevención secundaria y de reducción del estrés es la educación y formación en nuevos campos del conocimiento.
Los conflictos personales nos generan estrés porque ponen a prueba los cimientos de nuestra identidad y alteran el status quo del entorno que nos rodea. Lo más importante en este tipo de situaciones es reforzar nuestra autoestima, poner en perspectiva los problemas y mantener la calma. El hecho de aprender un idioma, ¡y hablarlo!, es una experiencia reconfortante que te relajará y aumentará tu seguridad frente a otras circunstancias. Al aprovechar tu tiempo libre para aprender un idioma estás invirtiendo en tu activo más importante: en ti. Considerando las cosas desde esta perspectiva, se te facilitará resolver con calma los problemas actuales.
Aprender un idioma extranjero trae consigo el beneficio de la empatía, lo que te permitirá abordar de manera adecuada situaciones de estrés a consecuencia de la inconformidad o de la falta de comunicación con tu interlocutor. Por último, un nuevo idioma siempre te permitirá conocer gente interesante.
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