Hay una tendencia a pensar que las personas que se levantan temprano o madrugadores tienen una mayor productividad, pero se puede presentar también el caso contrario, con los noctámbulos. Les presentamos varios estudios científicos que nos pueden a ayudar a entender más sobre este tema.

Habitualmente, la productividad la asociamos con empezar el día bien temprano. Es conocido el famoso refrán “Al que madruga, Dios lo ayuda”, el cual señala el éxito que estaría vinculado a esta costumbre. Sin embargo, hay personas que prefieren trabajar durante la tarde y noche, o incluso de madrugada, durante las horas que ellos sienten que son más productivos.

Famosos noctámbulos pueden venir al caso, como por ejemplo Barack Obama o Winston Churchill, en el área de la literatura encontramos a Osvaldo Soriano, escritor famoso por trabajar durante la noche, y también históricamente, Marcel Proust. Estos últimos dos no necesitaban liderar equipos, pero los dos primeros, por otra parte, no cabe duda de que sí han formado equipos de alta efectividad.

Pero la pregunta es: ¿hay un horario mejor que otro para ser productivo?

La Universidad de Southampton realizó un estudio que indica que los dos perfiles de personalidad tienen características malas y buenas para el desempeño en equipos. Cada estilo de vida muestra defectos y virtudes.

Otro estudio llevado a cabo por la Universidad de Sydney sobre los efectos mentales y psicológicos de ciertos ritmos circadianos revela que las personas noctámbulas tienen un nivel de inteligencia más alto. Al momento de evaluar la comprensión lectora y matemática, la velocidad de procesamiento, la memoria y el conocimiento vocacional de los participantes, los resultados fueron sorprendentes.

Si bien puede ser una creencia popular que los madrugadores tienen las virtudes más valiosas, los científicos han demostrado que los noctámbulos superan en cada una de las pruebas a los madrugadores. Se concluyó que el prejuicio era equivocado, aunque la diferencia no fuera muy grande. El estilo de vida “levantarse tarde, acostarse tarde” parece no conducir a una desventaja cognitiva, económica o de salud.

Con esto dicho, se puede pensar que aquellas personas noctámbulas podrían ser líderes más inteligentes, pero no es necesariamente así, ya que el ser un buen líder para un negocio no depende solamente de la inteligencia. Ejemplo de esto puede ser un jefe malhumorado o un jefe de buen humor, uno de ellos va a generar descontento, mientras que el otro, felicidad, un factor muy importante para la cultura de una empresa.

Por el otro lado, tenemos un estudio de 2012 realizado por la Asociación Americana de Psicología que señala las ventajas que pueden tener los madrugadores. Se señala que estos presentan mayores niveles de felicidad, al comparar niveles de bienestar con ritmos circadianos.

El estudio afirma que los madrugadores tienen parámetros mejores de salud que los noctámbulos, lo que indica un nivel superior de bienestar. Esto puede sugerir que un jefe de un negocio madrugador puede tener una actitud más positiva.

Entonces, ¿cuál de los dos perfiles es mejor para tareas de liderazgo? Ninguno. El éxito en los negocios no es atribuible a ninguno de los dos estilos de vida descriptos. La gran mayoría de las investigaciones hechas en madrugadores y noctámbulos nos lleva a una encrucijada, ya que ambas tienen cualidades positivas y negativas.

Lo que se puede sustraer de esto ciertamente, es que no se debería obligar a adaptarse a ningún ritmo circadiano a ninguna persona. Los individuos van a tener fortalezas y debilidades en un equipo de trabajo, y deberían trabajar en su ritmo natural, sólo buscando una dinámica positiva con sus compañeros.

liderazgo

En conclusión, un líder no debería alterar por completo el ritmo circadiano que tiene por pensar que eso lo hará más exitoso. Pero tampoco se debe descartar un ocasional cambio en el patrón. Un líder inteligente podrá encontrar sus propios ritmos naturales y va a poder promover los propios ritmos naturales dentro de sus equipos de trabajo.

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