«La perfección se logra al fin, no cuando no hay nada que agregar, sino cuando ya no hay nada que obtener», Antoine de Saint-Exupéry

Aumentar la productividad o sacar el máximo provecho al tiempo no siempre demostrará que hay calidad de trabajo, ni mucho menos perfección.

Más tiempo en hacer una tarea, no siempre se traduce en calidad de trabajo. De hecho, pasar más tiempo en un trabajo y tareas puede dañar el desempeño, restando calidad a lo que hacemos.

Cuando la creencia de que más tiempo es una mejor calidad no es una regla escrita en piedra.

La creencia errónea de que la productividad daña la calidad también nos conduce a pensar que, en cuanto al trabajo, la calidad es la meta suprema.

El perfeccionar el trabajo, por lo general, da como resultado un retorno de poco valor por un costo alto.

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