Hay ciertos tipos de personas cuya falta de inteligencia emocional daña más sus carreras que otras. Usa tu conocimiento para generar conocimiento propio, hacer ajustes y crecer como persona.
La cobardía, la arrogancia, el temperamento y la disculpa permanente no son buenas compañeras en la vida personal, ni tampoco en la laboral. Crecer emocionalmente son las cualidades que dan mayor desarrollo, sí aún por encima de los conocimientos académicos.
1. El cobarde
El miedo puede llegar a ser un sentimiento peligroso. Las personas que son propias de esta cualidad, tienden a optar por comportamientos dañinos e inusuales. El miedo los lleva a echarles la culpa a los demás.
2. El dementor
Seguro viene a tu mente la saga de Harry Potter al leer este título. Estas son personas que imponen su negatividad y pesimismo a todas las personas que lo rodean. Suelen tener opiniones deprimentes, y si no eres una persona firme puede infundirte temor.
3. El arrogante
Esta es una cualidad que se refiere al excesivo orgullo de una persona en relación a sí mismo, y que la lleva a exigir más privilegios de los que no tiene derecho. Es una confianza falsa. Generalmente estas personas, por el contrario, tienen desempeños más pobres que el promedio de los trabajadores.
4. El temperamental
Algunas personas no tienen control sobre sus emociones. Se desquitarán contigo y proyectarán sus sentimientos en otras personas, siempre pensando que los demás son responsables por lo que están experimentando. Las personas temperamentales tienen un desempeño pobre porque sus emociones afectan su buen juicio y su falta de control destruye sus relaciones. Cuídate de las personas temperamentales, cuando las cosas se ponen difíciles pueden llegar a usarte como su “retrete emocional”.
5. El que siempre se disculpa
Estas personas suelen tener cierta confusión con el significado de educación. Y es que viven disculpándose por todo lo que hacen y piensa. Temen al fracaso y suelen disminuir la importancia de sus ideas porque siempre se disculpan por todo. Es importante que tengas tu personalidad clara, que sepas que tienes el derecho de equivocarte.
Ofrecer tu opinión como una pregunta es igual de malo que pedir perdón por tener una visión diferente a la de los demás. Si de verdad que algo merece la pena de ser compartido, hazlo con confianza.
En conclusión… absolutamente, ninguna de las actitudes y características anteriores son buenas para tu desempeño. Pero la buena noticia es que tienes la capacidad de erradicarlas y mejorar como persona y como profesional.
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