El acuerdo que el Gobierno llegó con empresarios y la CGT por el pago de un bono terminará de definirse cuando las reuniones técnicas determinen la letra chica. Pero las pequeñas y medianas empresas, uno de los sectores incluidos en el consenso, adelantó que necesitará abonar esa suma en por lo menos cinco cuotas para poder afrontar el costo financiero de esa medida.
La reunión de este lunes que encabezó el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, con representantes de la Unión Industrial Argentina (UIA), otras entidades empresarias y la CGT terminó con un pacto de «mínima»: llevar adelante, en distintas formas a negociar, el pago de $5.000 para todos los trabajadores del sector privado.
Este martes 24/9, desde las 9 tendrán lugar encuentros entre equipos técnicos de cada sector para definir los detalles -alcance, plazo y cantidad de cuotas- que tendrán esos $5.000 extra. Lo que ya se sabe es que, por un lado, será no remunerativo -es decir, no pagará cargas sociales- y que será dado a cuenta de futuros aumentos paritarios.
Estos dos puntos fueron los que terminaron de inclinar la balanza hacia la llegada de un acuerdo. Los empresarios calculaban que si la suma extra, además, debía abonar los descuentos jubilatorios, la ecuación terminaba siendo mucho más pesada para las finanzas de cada firma.
En ese sentido, desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), presente este lunes en el cónclave, marcaron que en rigor no se tratará de un bono sino de un «aporte obligatorio».
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