CAMBIO DE HABITOS, NO DE TRAJE

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Tres enfoques para maximizar la productividad, uno referido al orden, otro a conocerse y otro a no desperdiciarse.

Despeje su lugar de trabajo, pero que no quede vacío

A menudo se le atribuye a Albert Einstein el interrogante: “Si un escritorio atestado y desordenado es señal de una mente atestada y desordenada, de qué es señal un escritorio vacío?”. Si bien un escritorio atestado que hace difícil encontrar cosas puede ser una traba para la productividad, un escritorio vacío puede ir en contra de su motivación y creatividad.”Tener demasiado ates tado mi lugar de trabajo me distrae de hacer las cosas”, admite Michael Pryor, CEO de Trello, un proveedor de administración de proyectos y software de colaboración. Pryor recomienda en cambio no tener más de tres ítems en su escritorio, agregando que en el suyo sólo tiene una foto de su familia y su laptop.

Maximice su hora más productiva

Todos tienen un momento del día en que son más productivos y no se da necesariamente entre las 9 de la mañana y las 5 de la tarde. Pryor lo define como el período cuando “logra hacer más trabajo sin aferrarse a un cronograma estricto”. “Si uno logra concretar más cosas por la mañana que por la tarde, se puede comenzar a trabajar más temprano cuando hay mucho por hacer”, dice Adams.
Haga una lista de pendientes de baja productividad

No se puede estar siempre a full y cuando llegan inevitablemente los momentos de baja, es bueno estar preparado con una lista de cosas por hacer con actividades que exigen poco al cerebro. “No se puede estar al 100% todo el tiempo, por lo que querrá tener cosas que pueda hacer cuando tiene el cerebro frito pero de todos modos tienen que seguir trabajando”, dice Lisa Zaslow, experta en productividad organizativa y fundadora de Gotham Organizers. “Es la hora para vaciar la carpeta de entrada de correo, agendar contactos o hacer llamadas de seguimiento”.

Ponga el cerebro en piloto automático

Alguna de la gente más productiva del mundo, como Steve Jobs, Mark Zuckerberg y Barack Obama, son conocidos por usar la misma ropa todos los días. “Verán que sólo uso trajes grises o azules”, le dijo Obama a Vanity Fair. “Trato de reducir la cantidad de decisiones que tomo. No quiero tomar decisiones respecto de lo que como o la ropa que uso. Porque tengo demasiadas otras decisiones que tomar.” Aunque suene aburrido, poner decisiones como qué comer o qué usar en piloto automático puede ser muy beneficioso. “La productividad es una función de su energía mental y el tiempo que dedicada a cada cosa y demasiado a menudo el espacio mental nos frena más que el trabajo mismo”, dice Zaslow.

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