La meditación es una técnica milenaria que cada vez gana más adeptos gracias a sus muchos beneficios, comprobados por la ciencia. Aprender a dar sosiego a nuestra mente y a observar nuestros propios pensamientos se ha revelado como una de las mejores maneras de ganar serenidad y equilibrio.
Estos sencillos ejercicios pueden ayudarte a dar tus primeros pasos en la meditación:
– Céntrate en la respiración. Sentado en el suelo, con las piernas cruzadas y la espalda apoyada en la pared, cierra los ojos, inspira y expira por la nariz y céntrate en las sensaciones del aire entrando y saliendo por tu cuerpo. Siente como se hincha y se deshincha tu estómago, como se relaja tu cuerpo? Y cada vez que tu cabeza se vaya a otra parte ? a los acontecimientos del día, lo que vas a cenar esta noche o cualquier otro pensamiento- vuelve a dirigir tu atención a la respiración. Hazlo durante cinco minutos. Es suficiente para empezar.
– También puedes meditar caminando. Sal a dar un paseo, mejor si es en la naturaleza pero puede ser también en la ciudad, y céntrate en lo que te rodea, en lo que ves, en lo que sientes ?el viento, el sol?- sin pensar en nada más.
– Utiliza la visualización. Sentado sobre una esterilla con la espalda apoyada en la pared, cierra los ojos y visualiza una imagen que te relaje, puede ser una playa, las olas del mar o una pradera llena de flores. Mantente concentrado en esa imagen y vuelve a ella cada vez que sientas que tus pensamientos se dispersan.
– Cierra los ojos y cuenta del cien al cero. Si te pierdes vuelve a empezar. Una forma muy sencilla se ejercitar tu concentración.
– Enciende una vela, ponla sobre una mesa a una cierta distancia de ti, siéntate frente a ella y fija tu mirada en la llama. Cada vez que sientes que piensas en otras cosas vuelve a dirigir tu atención a la vela.
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