Sin experiencia. Resalta tus hobbies y actividades extracurriculares (deporte, voluntariado, seminarios, cursos, conferencias, entre otras.) Es importante destacar que si bien no trabajas, ocupas tu tiempo libre en actividades que complementan tu formación profesional y personal.
Más que solo conocimientos. Las competencias que el postulante pueda tener, como por ejemplo: saber trabajar en equipo, el deseo de mejorar y aprender, manejo de estrés, entre otras; son más valoradas que los conocimientos.
Conocer la empresa. Es importante saber a qué empresa postulas, pues la ponderación que hace una es diferente de la otra. Revisa que espera la empresa de sus candidatos y si cumples con el perfil, destaca las competencias que buscan.
Cuidar la forma. Procura que cada parte del texto esté muy bien alineado (justificado), eso proyectará que eres una persona ordenada y cuidadosa en los detalles. Si pones fechas, éstas deben estar a la misma altura, a fin de facilitar la lectura y comprensión de la información que haz colocado.
Simple pero bien escrito. Usa palabras que ayuden a una lectura fácil. No pruebes muchas fuentes y colores dentro del CV, es mejor optar por una sola tipografía, color negro y tamaño de letra mínimo 10 máximo 12. Te recomendamos algunos tipos de fuentes: Arial, Tahoma, Calibri, Candara.
Cuidado con tu huella digital. A diferencia de otros tiempos, donde no había registro de lo que haces y dejas de hacer, hoy están las redes sociales para mostrar lo bueno y lo malo que hagas. Por eso debes de tener mucho cuidado con las publicaciones y los perfiles que tengas en diferentes redes. Las empresas también visitan estas páginas para conocerte un poco más.
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