Perder el empleo supone un duro golpe para el que casi ninguna persona está preparado. Las nuevas tecnologías, la creciente competitividad en las empresas repercuten de manera negativa en la estabilidad laboral. Es sabido que ya no existen empleos para toda la vida y la rotación profesional es un paradigma a enfrentar. Por estas y otras razones, el “outplacement”, o técnica de recolocación laboral, es una herramienta primordial de asesoramiento del empleado despedido, para que encuentre un nuevo empleo u otros horizontes y que su desvinculación sea lo menos traumática posible.

Pasar el menor tiempo posible en situación de inactividad laboral es la aspiración de cualquier persona que acaba de perder su empleo. Quizás sea necesario recordar en este momento que el trabajo cumple una función de vida que va más allá de ser el medio de la provisión de los bienes de la supervivencia.

El encuadre de este proceso de reorientación necesita tres componentes: el Trabajador afectado, su Empresa y el Consultor. En el cual la Empresa contrata los servicios de “Outplacement” a una Consultoria, que pone en marcha la dinámica para reconducir la vida laboral de un empleado que se ha visto obligado a dejar su puesto de trabajo. El consultor prestará al trabajador su asesoramiento en la elaboración de un Currículum Vitae adecuado y coherente con el objetivo profesional y en la preparación de Entrevistas de selección, precedidas por reuniones de reflexión con especialistas en los que se analizarán diferentes temas en relación a la desvinculación y al proyecto profesional del mismo.

El “Outplacement”, como técnica de recolocación, no garantiza que se encuentre un nuevo empleo, pero sí aumenta las posibilidades del candidato y le orienta en el proceso de búsqueda para acceder lo antes posible al mercado laboral.

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