El arte de alinear a las personas con las estrategias implica establecer un diálogo y desarrollar una relación de adultos en la que se nos pide que nos posicionemos para saber cómo actuar y cómo encauzar las acciones.
Una vez que se acepte que la comunicación es un canal bidireccional y que no es una simple transmisión de información, comprenderemos que para que las personas hagan suyo un proyecto estratégico tienen que participar en su construcción (cada uno desde su función). Y eso implica diálogo, acción, valoración, participación, confianza y creer en que nuestros equipos tienen algo que decir.
A la hora de pensar en la comunicación como una herramienta clave e incluso estratégica para conseguir compromiso, alineamiento y resultados, es necesario darse cuenta que los medios a nuestra disposición son múltiples, pero si no hay diálogo y relación directa con los representantes de la organización, la credibilidad queda mermada.
Por ello, las estrategias de los departamentos de comunicaciones deben considerar a los líderes como protagonistas en estas conversaciones y como facilitadores de su difusión en la organización.
Además, si se les dan las herramientas adecuadas para que puedan comunicar, es decir, para que puedan transmitir los objetivos perseguidos y resolver las dudas que surjan en su implementación, ellos conseguirán un feedback directo que mejorará las posibilidades de hacer realidad la propuesta del plan estratégico y conseguir un mejor posicionamiento para la organización.
Al igual que un departamento de RR.HH. tiene que asegurar que los “jefes” de una organización se formen continuamente para ser mejores líderes, los directores de comunicación tienen que trabajar de la mano con los departamentos de formación y desarrollo para capacitar a los líderes en otro de sus grandes roles: el de comunicadores.
Y los profesionales de la comunicación que llevan a cabo este plan, con el objetivo de llegar a todos, tienen que tener en cuenta que salvo aquellos que trabajan en el diseño del planteamiento estratégico, todos los demás tienen semanas y meses de retraso en la asimilación de los planteamientos y en el análisis de los datos.
“Lo que para mí ya es una evidencia, para los demás es una incógnita absoluta”
Si hemos subido a todo el mundo en el barco de la estrategia a través de la transmisión de información y el diálogo, es entonces cuando hay que asegurar que todo el mundo siga remando y no desee bajarse del barco. Esto se consigue informando y reportando de manera continua y secuencial sobre los grados de avance y teniendo siempre en cuenta la importancia que tiene mantener el “momentum”.
Para ello, además de comunicar los datos de avance, tenés que empezar a desarrollar a través de otros canales la transmisión de historias para establecer un equilibrio entre lo racional y lo emocional. Esto considera reconocer a los que más y mejor han adherido a la estrategia, para que sirvan de ejemplo a los demás por su labor, pero también porque la organización ha sabido reconocer su aporte para al desarrollo del proyecto.
Teniendo como telón de fondo todas estas acciones, podremos ayudar a que la organización sea más competitiva, sostenible y con profesionales adultos que asumen y disfrutan con los retos de futuro.
Fuente: Maitena Servajean – Head of Talent – Lee Hecht Harrison España
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