Hay algunos principios muy simples que parecen estar olvidados por las personas y en consecuencia en los ámbitos profesionales en los que actúan.
Compartimos algunas de estas actitudes:
La Honestidad. Desafortunadamente el fraude y los escándalos son muy comunes en los negocios actuales. La credibilidad está unida con la habilidad de ser honesto, sin importar la situación. Aunque estés tentado a mentir o falsificar intencionalmente algo en tu empresa, el costo a largo plazo sobrepasará cualquier beneficio a corto plazo.
Cumplimiento de promesas. Tu reputación profesional se daña cuando no cumples lo que prometes. Cada vez que haces un compromiso, tienes la oportunidad de subir o bajar tu cociente de credibilidad. Tu palabra es todo lo que tienes.
Admitir los errores. El fracaso es algo inevitable en un negocio. Aunque los errores pasan, los gerentes y emprendedores entienden lo importante que es enfocarse en soluciones en lugar de obsesionarse con los problemas. Para mantener una reputación profesional como alguien que es confiable, aceptar tus errores tan pronto ocurran. «No trates de cubrirlos, ignorarlos o minimizarlos. Hazte responsable y encuentra una solución.»
No quemar los puentes. La palabra negocio es complicada. Nunca hables mal de un cliente anterior o relación laboral. Tu adversario actual podría ser tu amigo el día de mañana.
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