“Cuando le teme al mismo error que cometió en el pasado, su cerebro genera estrés, lo que impide evaluar la situación de manera objetiva”, Harvard.
Por más que queramos tener el control de todo, tanto en la vida personal como laboral, hay circunstancias que se nos escapan de las manos y que no podemos evitar. Ejemplo de ello es la actual pandemia del coronavirus, que nos obliga a parar labores o cambiar la forma de vivir, lo que genera estrés, ansiedad y otros problemas emocionales.
Si bien ésta no es una situación favorable, la mejor estrategia es aprender a poner buena cara y la mejor actitud. La forma de lograr esto es siendo resiliente, es decir, aprender a recuperarse rápidamente de problemas ante la vida, ser autocrítico sin ser despiadado y ser capaz de enfrentarse a los errores cometidos.
“La resiliencia puede construirse por experiencias o descubrirse de un momento a otro. No se trata de un talento, pero tampoco es una ciencia exacta. Se trata de una actitud para la vida más que de algún tipo de psicoterapia”, indica la Universidad de Harvard en su libro Inteligencia emocional.
El libro que recopila artículos sobre aspectos humanos de la vida laboral y personal, indica que a diario enfrentamos circunstancias que no pueden ser controladas ni previstas, las cuales suceden en cuestión de segundos y sin herramientas para atacarlas.
Para los consultores Shawn Achor y Michelle Gielan, la resiliencia no significa volverse invulnerables, sino reponerse rápidamente de lo difícil que esté ante nosotros, con mecanismos propios, pero ¿cómo? Primero no hay que huir.
Al estar en una situación estresante o difícil por reacción natural tratamos de huir porque la amígdala cerebral dispara esa reacción e incluso puede secuestrar al cerebro si se han vivido demasiadas situaciones negativas como eventos traumáticos o errores frecuentes.
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