Si no estás dispuesto a cambiar tu punto de vista, nunca será capaz de hacer frente a los problemas que enfrentas.
Todo trabajo tiene un objetivo, el conseguirlo es nuestra meta. Proponemos algunas actitudes que nos pueden acompañar desde lo personal a lo laboral, que no son difíciles, pero que sí es importante tenerlas siempre presente.
Las personas que ven sus cualidades básicas como algo fijo creen que sólo el talento conduce al éxito. Y piensan que no importa lo duro que se trabaje, nunca mejorarán. Por otro lado, las personas que adoptan una mentalidad de crecimiento, creen que esas habilidades se pueden desarrollar a través de la dedicación y el trabajo duro. Así llegan al éxito.
Evitar la arrogancia, este rasgo le hace pensar a las personas que saben todo. Por lo tanto, es difícil que las personas que les rodean les ayuden a tener éxito. La gente exitosa, por el contrario, es capaz de reconocer que no sabe las cosas. Por eso se rodea de personas que los harán triunfar.
Propender a la adaptación, las personas exitosas se adaptan de forma rápida. Esta habilidad es, especialmente, importante para los líderes, pues es una parte clave de la agilidad de aprendizaje y un conjunto de cualidades que les permite a las personas permanecer flexibles y adquirir una diversidad de desafíos.
Y por último, las personas exitosas siempre tienen la responsabilidad de sus acciones, ya sea buenas o malas, correctas o incorrectas. Aceptan la responsabilidad totalmente. Al contrario de las personas que suelen fracasar, quienes se esfuerzan mucho por nunca tener la culpa.
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