Son muchas las ventajas que aporta el teletrabajo a la empresa: el ahorro de espacio en la oficina, el incremento de la productividad en diferentes áreas de la empresa y gestionar de manera más efectiva y real los costes productivos por las tareas realizadas. Por otra parte, está demostrado que los teletrabajadores mejoran su rendimiento al poder planificar y organizar su trabajo de manera personal, reducen los desplazamientos y disponen de una mayor flexibilidad del horario laboral. También les supone una mayor autonomía y la comodidad de poder operar, en muchos de los casos, desde su propio hogar.
Las tareas que mejor se adecuan al teletrabajo son: la secretaría, la traducción, lo mecanografiados y el procesamiento de textos, la introducción de datos en bases de datos, la programación y el diseño informático, la recepción y emisión de llamadas, etc…, dado que son trabajos que pueden ser fácilmente descentralizados del entorno empresarial.
Día a día, se amplían los sectores que confían en esta nueva manera de trabajar sin perder la profesionalidad de quien trabaja a distancia (por ejemplo: la banca y los seguros, las ventas, el márketing, el sector de servicios privados y el de los profesionales autónomos o free-lance).
En resumen, con el teletrabajo la empresa:
– Gana la posibilidad de concentrarse en su trabajo de base.
– Gana la posibilidad de ahorrar gastos fijos de estructura al contratar sólo cuándo y cuánto se precisa para una determinada tarea.
– Logra que los trabajos externalizados los realicen profesionales especializados, con excelentes condiciones de calidad y productividad; según las encuestas más recientes, las empresas que recurren al teletrabajo coinciden en que los trabajos fueron entregados “con un acabado perfecto y en los plazos acordados”.
– Obtiene flexibilidad y rapidez.
– Gana competitividad en términos económicos.
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