«Vivimos en un mundo lleno de distracciones…lo cual puede ser un gran problema si parte importante de nuestro trabajo consiste en pensar algunos o varios temas en profundidad.»

El tema de lograr concentrarnos en general y en particular en nuestras tareas laborales es uno de los problemas habituales ya sea por las interrupciones, el ruido, el exceso de información que procesamos a un ritmo que a veces no podemos manejar el enfocarnos correctamente en lo que estamos haciendo.

Autores como Newport, Eric Barker, entre otros, han sugerido formas de manejar los distractores y enfocarse. A continuación, una breve lista de ellas, basada en lo que la investigación ha comprobado en la materia. Quizá algunas suenen demasiado conocidas, otras un tanto difíciles de implementar, pero no por ello menos efectivas.

Newport sugiere que, en lo posible, agendes espacios de tiempo sin interrupciones para desarrollar el trabajo mental más pesado, el cual generalmente, se relaciona con aquellos temas que son los más importantes y desafiantes en nuestro trabajo.

Disminuye la interferencia en tu lugar de trabajo, por ejemplo, disminuye el desorden físico y digital que distrae, y te hace perder tiempo valioso buscando cosas perdidas, generando más distracción.
También en lo posible, disminuye, la cantidad de trabajo superficial (especialmente el multitasking) o intenta agruparlo en bloques definidos, dados sus efectos negativos.

Cada noche o mañana, has una lista con las cosas que son realmente importantes de hacer ese día, y ordénalos según su relevancia. Esta será tu brújula y sabrás qué hacer primero, ¡especialmente si es lo más difícil y requiere mucha concentración! Puede sonar sencillo, pero requiere esfuerzo implantar este valioso hábito.

Completa las tareas que te tomarán 1-2 minutos inmediatamente, por ejemplo, un mail que requiere una acción de tu parte, o una llamada pendiente. Pues los temas inconclusos se convierten en distractores para nuestro cerebro.

Dormir (entre 7 y 8 hrs) y ejercitarse (idealmente 30 minutos diarios): Son fundamentales para renovar nuestra energía mental y capacidad de concentrarnos (¡no dormir suficiente impacta negativamente en ambos!).

Disminuye al mínimo el uso de redes sociales (por ejemplo, Facebook e Instagram) o fija períodos de tiempo definidos para usarlas, y silencia las notificaciones de todo tipo. Recuerda que están diseñadas para ‘secuestrar tu atención’ por el mayor tiempo posible. Como señala Harris, no es que se carezca de fuerza de voluntad al usar estas redes, sino que hay ‘miles de personas’ al otro lado de la pantalla, cuya labor es debilitar tu autorregulación.

Meditar: Hay copiosa investigación que demuestra que ayuda a aumentar el control cognitivo, el foco atencional sostenido, la velocidad de procesamiento y la capacidad de la memoria de trabajo. Se puede comenzar con tan solo 1 minuto diario.

Establece en lo posible rutinas: que permiten hacer las actividades ‘automáticamente’, sin tener que pensar mucho y evitando la ‘fatiga decisional’, por ejemplo, definir tiempos preestablecidos para trabajar en temas difíciles, hacer ejercicio, etc…

Escribe aquellos pensamientos que te están preocupando y distrayendo, para que tu mente deje de ‘rumiar’ en ellos y no sean un distractor. Posteriormente, podrás lidiar con ellos.

Y para terminar recordemos el neurocientista Earl Miller (MIT), quien señala que ‘un cerebro distraído es un cerebro menos inteligente’.

Lee Hecht Harrison lo asesora para que grupos e individuos aprendan a afrontar el cambio, fortalezcan su compromiso y mantengan la productividad. Haga click aquí para más información.