Comencemos por tener una actitud positiva. La felicidad es contagiosa y estar unas personas positivas generará un entorno lleno de optimismo. Por otro lado, es importante intentar que la relación con los compañeros sea buena, ya que comparten, además de compartir el espacio, también pasa mucho tiempo con ellos.
Planteamos cuatro actitudes que podemos incorporar en nuestro estilo de vida:
Sea feliz por elección. No espere a que le suban el sueldo o le cambien de jefe. Estos deseos pueden estar lejos de la realidad y le crearán ansiedad y frustración si no lo consigue.
Afuera las quejas. Si algo no le gusta, no se queje continuamente. Si algo no funciona, haga lo que esté en sus manos para cambiarlo.
Piense en el presente. Disfrute del día a día sin agobiarse por el futuro, solo así reducirá la ansiedad.
Descanse. Aunque le guste mucho su trabajo y esté motivado con él, su cuerpo y mente necesitan desconectarse. Practique deporte, lea o salga con sus amigos. La idea es darse un merecido respiro tras un largo día.
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