LIDERAR LA EVOLUCION DISRUPTIVA EN LA EMPRESA

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La transformación digital es ya uno de los principales desafíos que tienen actualmente las empresas. Desde su origen, los sistemas y tecnologías de la información han sido elementos claves para la mejora de los procesos en las organizaciones, aportando productividad, eficiencia y agilidad a su día a día. Además, han permitido redefinir actividades y modelos de negocio y, en definitiva, han facilitado la evolución las empresas.

En los últimos años, la eclosión de Internet y la alta y rápida adopción de las tecnologías digitales nos han llevado a un nuevo estadio en la transformación digital de las organizaciones, la llamada 4ª revolución industrial. La incorporación masiva de las tecnologías móviles y las redes sociales, la irrupción de herramientas como el Big Data o el Blockchain, la robotización intensiva de nuestras compañías, la incorporación de la Realidad Virtual y Aumentada en nuestros productos y procesos y la aplicación de la Inteligencia Artificial en nuestro día a día, de manera intensiva, entre otras, nos han situado en un nuevo contexto tecnológico.

Esta evolución tecnológica ha conllevado, también, cambios en la manera de organizar el trabajo y los espacios y entornos físicos de las compañías, la digitalización de muchos procesos, la deslocalización del talento y la necesidad de trabajar en red, la aparición de nuevas profesiones y cambios en la manera en que los consumidores se relacionan con las empresas y entre ellos.

Estos cambios sociales, organizacionales y tecnológicos obligan a las organizaciones a liderar su transformación digital para afrontar estos nuevos retos, a adaptarse a las necesidades internas de los profesionales de sus compañías y a dar respuesta a las necesidades de sus clientes y consumidores en un nuevo contexto de relaciones. Y, siempre, sacando el máximo provecho de las tecnologías digitales y las oportunidades que les ofrecen.

Sin embargo, la transformación digital de las organizaciones va más allá de la simple incorporación de herramientas y aplicaciones tecnológicas:

Implica revisar, replantear y rediseñar los procesos de comunicación y colaboración internos, la relación con nuestro entorno (clientes, usuarios, proveedores y socios) y replantear los modelos de negocio y la manera de trabajar de las compañías. En definitiva, supone evolucionar, de manera disruptiva en muchos casos, la empresa.