Independizarse laboralmente implica hacerse responsable de uno mismo al cien por ciento. Tener un balance financiero saludable es indispensable para la operación de cualquier profesional independiente, y siguiendo estos consejos, lograrás cubrir tus pagos de manera oportuna, al mismo tiempo que generas ingresos visibles para ti.
1. Llevar un registro de entradas y salidas de capital. Puedes hacer un documento sencillo en una hoja de cálculo, donde anotes todas las entradas y salidas de dinero, incluyendo gastos fijos, gastos variables y los ingresos generados por cada proyecto. Esto te servirá para tener un panorama general del dinero con que cuentas, y poder prescindir de gastos innecesarios.
2. Fijar un presupuesto para el negocio. Cuando tengas un registro de tus entradas y salidas de dinero, lo siguiente para controlar las finanzas es crear un presupuesto que te permita tomar el control de tus finanzas y administrarlas de manera adecuada. Para ello, divide tus gastos en diferentes categorías y destina una cantidad fija y realista a cada una, que te permita cubrir su coste sin sacrificar dinero en las demás categorías.
3. Separar las finanzas personales de las de tu negocio. Un paso fundamental para organizar tus finanzas es separar tus cuentas en dos, una personal y otra para tu negocio. De esta manera, puedes tener organizados la cobranza, los pagos y facturas por tus servicios, sin mezclarlos con tus gastos personales diarios. Un consejo útil es que, al recibir el pago por un proyecto, transfieras algo de dinero de la cuenta de negocios a tu cuenta personal, como si te “pagaras” a ti mismo. De esta forma, mantendrás un buen control sobre los ingresos de una cuenta y de la otra.
4. Establecer una política de cobros. Quien comienza a trabajar de manera independiente, normalmente debe acatar las condiciones del cliente respecto a la forma en que se harán sus pagos. Sin embargo, cuando ya tengas algo de experiencia y proyectos previos, puedes establecer una política de cobros con cierta flexibilidad, para adaptarla a las peticiones de cada cliente y proyecto. Tener un modelo de cobro preestablecido te ayudará a tener una mayor certeza sobre el capital que tendrás disponible durante un determinado tiempo, indispensable para poder formular tu presupuesto mensual. Pedir un anticipo del 50%, liquidar el total al finalizar el trabajo, cobrar por un determinado número de horas trabajadas a la semana o realizar cobros mensuales por proyectos a largo plazo son algunas ideas al respecto.
5. Tener un fondo de ahorros y de emergencias. La incertidumbre de cuándo vendrá el siguiente pago o proyecto es el mayor obstáculo financiero al que se enfrentan los freelancers. En ocasiones, los pagos van a tardar más de lo esperado en llegar, y en estos casos, lo mejor es contar con un fondo de emergencias que te ayude a seguir operando hasta recibir tu pago. Cada vez que recibas un pago por proyecto, destina un porcentaje a un fondo de ahorros y no lo toques hasta que llegue una verdadera emergencia. El tener efectivo disponible y no hacer uso de él requiere de disciplina, pero hacerte del hábito de ahorrar te recompensará al final de cada año.
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