¿Te has dado cuenta que cuando te sientes bien contigo mismo, las demás personas se tornan agradables?. ¿No te parece fascinante el cambio de actitud?. El mundo es el reflejo de nosotros mismos.
Si nos aborrecemos, también aborreceremos a los demás. Cuando nos sentimos bien con nosotros mismos, todo el mundo nos parece maravilloso. Nuestra propia imagen es la guía que determina exactamente cómo habremos de comportarnos, con quienes nos relacionaremos, qué cosas evitaremos. Cada uno de nuestros pensamientos y acciones derivan de la imagen que tenemos de nosotros mismos.
La imagen que tienes de ti mismo está matizada por tus experiencias, éxitos y fracasos, las ideas que sobre ella has creado y las reacciones de los demás hacia ti. (Recordemos que una acción produce una reacción de la misma intensidad en sentido opuesto).
Por lo tanto la imagen que tenemos de nosotros mismos decide:
– Qué tanto nos agrada el mundo y qué tanto nos gusta vivir en él.
– Exactamente qué tanto logramos de la vida.
Somos lo que creemos ser
De ahí que el Dr.Maxwell Maltz, señala que, “la meta de toda psicoterapia es cambiar la imagen que el individuo tiene de sí mismo”.
La imagen que tenemos de nosotros mismos -positiva, buena, mala o regular-, se nos ha formado de haber escuchado y oído a nuestros padres, abuelos, tíos, maestros, una y otra vez, decirnos cosas negativas.
A que chico no se le ha dicho: “ Eso no se hace, eso no se toca”, “esto no es para ti”, nos deformaron la realidad, al decirnos mentiras para asustarnos o para que nos portáramos bien.
Una de las metas de este programa de crecimiento personal es cambiar información negativa, (patrones negativos, que no nos sirve para nada), por información positiva que nos permita crecer, salir de donde estamos y poder avanzar.
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