Los riesgos para la salud en el lugar de trabajo son diversos. Desde el calor, el ruido y el polvo hasta productos químicos peligrosos y máquinas inseguras, pueden provocar enfermedades o incluso agravar otros problemas de salud. Asimismo, las condiciones de empleo, la ocupación y la posición en la jerarquía del lugar de trabajo también afectan a la salud. Las personas que trabajan bajo presión o en condiciones de empleo precarias son propensas a fumar más, realizar menos actividad física y tener una dieta poco saludable.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud ocupacional como una actividad multidisciplinaria dirigida a promover y proteger la salud de los trabajadores mediante la prevención y el control de enfermedades y accidentes y la eliminación de factores y condiciones que ponen en peligro la salud y la seguridad en el trabajo.
En Argentina, desde el Ministerio de Salud de la Nación se intenta promover un servicio de salud y seguridad en el trabajo, según los términos de dos leyes: la n° 19.587 -de higiene y seguridad en el trabajo- y la n° 24.557 -de riesgos de trabajo-.
El objetivo es que además de la atención sanitaria general, todos los trabajadores, y particularmente los de profesiones de alto riesgo, puedan acceder a servicios de salud que evalúen y reduzcan la exposición a riesgos ocupacionales. Del mismo modo, el acceso a servicios de vigilancia médica para la detección precoz de enfermedades y traumatismos ocupacionales y relacionados con el trabajo debe estar incluida en el servicio de salud ocupacional.
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