LOS HABITOS DE LA EMPATIA

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Tener una buena relación con los demás no es sólo beneficio para los otros, uno también se siente mejor y es más feliz. Además, lo más probable es que el buen trato se convierta en algo recíproco: si tu sonríes a la gente lo más probable es que te devuelvan una sonrisa, no una mueca.

Estas reglas no pertenecen a ningún protocolo de etiqueta, por el contrario son simples actitudes que se pueden poner en práctica todos los días y en todos los ámbitos. Es decir tanto en el personal, como en el entorno y el laboral.

Las personas tienen un nombre, úsalo: Siempre que mantengas una conversación con alguien intenta usar el nombre de la otra persona, lograrás que se sienta más valorada y harás que la relación sea más cercana.

Sonríe: La actitud positiva es contagiosa, si le alegras el día a alguien con tu sonrisa no cabe duda de que te apreciará.

Escucha: Escuchar no es lo mismo que oír. Presta atención cuando te hablen, deja a un lado el Whatsapp y céntrate en la persona que tiene delante. Para demostrar que estás escuchando atentamente mantén contacto visual, haz comentarios sobre lo que te estén contando y muestra interés durante la conversación.

Sé atento: Que se acabe una conversación no significa que el tema sobre el que hablas desaparezca. Intenta mostrar interés preguntando por el tema de nuevo. Por ejemplo, si el lunes tu compañero de trabajo te comentó el viernes que iba a ir a una obra de teatro el fin de semana intenta acordarte de preguntarle si le gustó la actuación cuando le veas el lunes.

Da feedback positivo: Halaga a los que te rodean, siempre que sea justificado claro. No se trata de ser excesivo, sino de reconocer cuando alguien ha hecho un buen trabajo y congratularle por ello. A todos nos gusta que reconozcan nuestro esfuerzo, y sentirse valorado es la mejor fuente de motivación.

Aprende a dar feedback negativo: Al igual que debemos dar feedback positivo, a veces también será negativo. Si aprendes a dar críticas constructivas correctamente las personas te lo agradecerán, ya que al fin y al cabo les permitirá mejorar. Prueba a adoptar estas técnicas para dar feedback negativo de personas con alta inteligencia emocional.

Cambia las oraciones imperativas por interrogativas: No seas un mandón. Siempre que necesites un favor o que tengas que comunicarle a un compañero o empleado que tiene que completar una tarea no se lo demandes. En cambio puedes preguntarle si podría hacerlo. No es lo mismo decir “Haz el informe para el martes” que “¿Podrías tener el informe preparado para el martes?“

Pide consejos: A todo el mundo le gusta sentir que su opinión es importante. Al pedirle consejo a alguien se sentirá valorado, y apreciará que confíes en su juicio. Además, se trata de un gana-gana: recibes ayuda y se sentirán mejor por ello.

Haz preguntas: Interésate por la vida de la otra persona, no te pases todo el día hablando de ti mismo. Pregunta por sus hobbies, intereses y costumbres – sin ser demasiado entrometido claro.

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