Coaching ejecutivo negociar un conflicto es un proceso de resolución entre dos o más partes con un desacuerdo de intereses. Es mejor que exista un cierto equilibrio de fuerzas y que se intercambien las presiones, finalmente las partes llegarán a un acuerdo cuando las fuerzas estén igualadas.
Coaching Ejecutivo Negociar un conflicto
El concepto clave para el éxito de la resolución del conflicto es comprender el objetivo que se quiere lograr.
COACHING EJECUTIVO: NEGOCIAR
Negociar viene del latín negotiatis, el pasado del verbo negotiari, mismo que significa dirigir o seguir con un negocio. Es crucial comprender este significado original, puesto que el objetivo de la negociación es eso: continuar haciendo negocios, llegando a un acuerdo con otra persona.
Negociar es un proceso de resolución
Las negociaciones son muy estresantes para ambas partes, por lo que ayuda a mantener el sentido del humor. Nunca pierdas la paciencia y nunca te enojes. No es personal, es negocio. Es importante que entiendas que en una negociación no siempre vas a lograr todo lo que te propongas y que, en algunos casos, vas a tener que ceder. Ahora bien, que tengas que ceder no significa que vayas a regalarlo todo. Si cedes, por lo menos recibe algo a cambio, aunque no sea todo lo que esperabas al inicio de la negociación.
Un conflicto es una situación que implica un problema, una dificultad y puede suscitar posteriores enfrentamientos.
Asumir que negociar es competir. Esta es una idea limitante, ya que en general puede traer consigo conflictos. La clave está en ser capaces de adaptar nuestro comportamiento a las circunstancias para encontrar la mejor solución posible.
Mucho del trabajo que hacía el ser humano ha sido sustituido por máquinas, pero existen ciertas habilidades que serán más difíciles de sustituir, tales como la creatividad, la comunicación, la empatía y las habilidades de liderazgo. Estas características las tiene un gran negociador.
El tiempo es tu amigo. Sin prisa. Si la otra persona con la que está negociando le obliga a firmar, puede ser una mala señal. Ambas partes deben comprometerse a pasar tiempo juntas para llegar a un buen acuerdo. No aceptar hablar por teléfono o correo electrónico sin darme al menos 24 horas para pensar. Es posible consultar a alguien para que lo ayude a tomar una decisión.
Si la negociación no termina en un acuerdo mutuo y con ambas partes satisfechas, lo único que se generará será una renegociación o una relación que no generará frutos.
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