PAUL BARAN, UNO DE LOS «PADRES SECRETOS» DE INTERNET

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Cuando la ARPA decidió, a mediados de 1968, crear una red de ordenadores que permitiera a los investigadores que trabajaban para ella compartir en remoto ordenadores situados en distintos lugares del país, uno de los aspectos en los que se hizo especial hincapié fue en el de diseñar una red lo más robusta posible en cuanto a posibles fallos de los equipos que la formaran. Un aspecto lógico teniendo en cuenta la escasa fiabilidad de los ordenadores de la época.

Para ello, dentro de los materiales de referencia que iban incluidos en la petición de presupuestos que lanzó la agencia para la creación de ARPANET iban incluidos los estudios acerca de conmutación de paquetes del ingeniero Paul Baran, que fallecía este pasado sábado a los 84 años de edad en su casa de Palo Alto en California.

La conmutación de paquetes es básicamente trocear la información y recomponerla al otro lado
Simplificando mucho las cosas, la idea básica en la que se basa la conmutación de paquetes es la de trocear la información a transmitir en partes llamadas paquetes que llevan su dirección de destino y su número de orden para saber cómo recomponerlos del otro lado.

A una red basada en conmutación de paquetes le da igual la ruta que sigan los paquetes para llegar a su destino, y de hecho la gracia del asunto está en que estas rutas se pueden cambiar de un instante a otro sin que ello importe para el resultado final.

Puede que la información tarde un poquito más en llegar si la red se ve obligada a usar un enlace más lento que otro en un momento dado, pero hará todo lo posible para que los todos paquetes lleguen a su destino, reclamando el reenvío de los que falten en caso de que se pierda alguno por el camino. Es, salvando las diferencias, como estar suscrito a una enciclopedia publicada en fascículos.

El suscriptor sabe cuantos fascículos ha de recibir, sabe ponerlos en orden, y se dará cuenta de si le falta alguno; por lo demás, le da igual si se lo envían por barco, avión, tren, o pony mensajero, o si un fascículo da dos veces la vuelta al mundo antes de llegar.

El trabajo de Baran era revolucionario para la época y se oponía frontalmente a la práctica habitual de las compañías de telecomunicaciones de montar equipos carísimos en el afán de hacerlos extremadamente fiables.

Tan revolucionario era, que prácticamente no se le hizo caso hasta que Robert Taylor recuperó la idea y decidió incluirla en los citados materiales que acompañaban a la solicitud de presupuesto.

Por cierto que Baran había desarrollado su trabajo sobre este tema trabajando para la RAND Corporation en el contexto del diseño de un sistema de comunicaciones capaz de mantener sus nodos comunicados aún en el caso de ser dañado en un ataque nuclear, de ahí el que a menudo se diga que Internet fue diseñada como una red de ordenadores capas de resistir un ataque de este tipo cuando en realidad no fue así.

Hay que mencionar también, hablando de conmutación de paquetes, que prácticamente al mismo tiempo y de manera independiente Donald Davies, mientras trabajaba en el Laboratorio Nacional de Física del Reino Unido, había llegado a las mismas ideas que Baran. De hecho, fue Davies el que acuñó la expresión «conmutación de paquetes».

Como muchos otros de los que trabajaron en el desarrollo de ARPANET, Paul Baran, a pesar de haber obtenido varios premios por su trabajo, es un perfecto desconocido para la mayoría de las millones de personas que hoy en día usan Internet, pero sin sus ideas probablemente el mundo en el que vivimos hoy en día sería muy distinto, aún a pesar de que él no estuvo involucrado directamente en la creación del Internet primitivo.

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