Teletrabajar no significa cumplir con tus tareas en pijama y desde la cama. Aunque se esté en casa, hay que tener una actitud profesional. Por eso, no se puede descuidar, por ejemplo, el trato hacia los clientes o colaboradores. Y es esencial tener una rutina diaria que incluya arreglarse como si se fuera a acudir a la oficina.
Es importante no mezclar tareas personales con laborales. Además, es fundamental reservar sólo un espacio como centro de trabajo.
La autodisciplina es una característica que deberían tener los teletrabajadores. Se deben planificar con anterioridad las tareas o los descansos.
Estos profesionales no cuentan con compañeros que les recuerden lo que tienen que hacer, por lo que su agenda debe ser su mejor amiga. Para mantener la relación con el resto del equipo, el teléfono es más personal que el correo.
Sin embargo, no está de más acudir a las nuevas tecnologías y hacer uso de herramientas como el Skype. Asimismo, las reuniones periódicas ayudan a conocerse mejor. Salvo en casos urgentes, hay que cumplir un horario normal.
¡Una vez que se haya acabado, es importante desconectar!
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