Una de las principales dificultades al aprender un idioma es lograr una buena fluidez, suficiente para poderse comunicar de forma efectiva y lograr más cosas para tu desarrollo profesional.
Muchas veces, a pesar de llevar años aprendiéndolo, no nos sentimos lo suficientemente seguros para relajarnos y soltarnos. Esto se debe al temor de pronunciar mal las palabras o cometer errores de gramática.
Sin embargo, la perfección no debería ser el objetivo, tus habilidades de hablar y comunicarte con fluidez y con un acento correcto sólo mejorarán con el tiempo, y mientras más practiques –y te equivoques– más rápido lo lograrás.
1. Escucha con atención: genera un proceso de inmersión al escuchar música, videos o radio en inglés al menos un par de horas cada día de camino a tu trabajo, al hacer ejercicio o incluso en tu cama antes de dormir.
Oye material del que tengas una transcripción para poder entenderlo mejor. Por ejemplo, puedes ver una película con audio y subtítulos en inglés o hacer ejercicios de listening.
2. Repite en voz alta: intenta imitar para practicar tu pronunciación y acostumbrarte a la acentuación de las palabras. Escucha primero un par de veces el contenido al mismo tiempo que sigues la transcripción.
Después, lee el texto en voz alta y enfócate en reproducir el ritmo y la entonación. No te preocupes por las palabras que pronuncies mal, sólo intenta lograr un ritmo fluido. Repite el proceso una y otra vez.
3. Grábate: si buscas expresarte lo más parecido a un hablante nativo, puedes grabar tu voz de vez en cuando. Escucha un audio, luego lee en voz alta y grábate.
Busca las diferencias entre tu versión y la original. Ésta es tu oportunidad para trabajar en sonidos específicos. Si eres capaz de apreciar tus errores estás más cerca de lograr una pronunciación correcta.
4. Practica la lectura: leer es una excelente manera de enriquecer tu vocabulario. Enfócate en entender el texto y en familiarizarte con la estructura de la lengua, sin pensar en la gramática.
Asimismo, prueba la lectura en voz alta porque permite que tu cerebro se familiarice con el idioma y te ayuda a mejorar tu nivel oral.
5. Escribe: es probable que en un inicio te sientas muy limitado al escribir, pero el objetivo principal de este ejercicio es que te acostumbres a comunicar ideas en inglés, sin sentir la presión de hablar con otra persona.
6. Utiliza la tecnología: actualmente existen un sinnúmero de aplicaciones para smartphones o tablets para aprender o practicar idiomas.
Encuentra la que mejor se adapte a tus necesidades. Aprovecha algún tiempo muerto para practicar mediante juegos o apps divertidas y didácticas.
7. Realiza actividades sociales: intenta tomar un curso en inglés de una materia que te apasione, o únete a un club social para conocer a gente angloparlante. De esta manera, asociarás el idioma a una experiencia positiva y agradable.
Haz debates sobre temas que te interesen con otros amigos que también busquen mejorar su nivel oral. Viajar es también una excelente manera de practicar el idioma.
8. Aprende una palabra nueva cada día: haz un esfuerzo consciente por incrementar tu vocabulario y por buscar en el diccionario las palabras que no conozcas cuando leas o escuches contenido en inglés.
Intenta utilizarlas en diferentes frases aunque no estés seguro de que lo hagas correctamente. Hazlo hasta que te sientas familiarizado con ella y la hayas integrado a tu léxico cotidiano.
9. ¡Habla, habla, habla!: habla con seguridad y con la mayor frecuencia que te sea posible, aprovecha cualquier oportunidad para conversar.
¡No seas tímido ni temas equivocarte! Recuerda que mientras más practiques, más cómodo te sentirás, además de que tu vocabulario, pronunciación y fluidez mejorarán.
10. Acércate a los expertos: existen infinidad de opciones para aprender inglés, incluyendo centros de enseñanza enfocados específicamente en desarrollar las habilidades orales, ya sea en un contexto de negocios o académico.
Keri Craig – Directora del Teaching Centre del British Council en México
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