Uno de los aspectos básicos que debes tener en cuenta si decides trabajar en casa es el de disponer un espacio dedicado a esa tarea. Necesitas un espacio tranquilo, en el que te puedas concentrar y en el que nadie te moleste.
Es fundamental evitar las distracciones para asegurar que podrás realizar tu trabajo de forma correcta. Tener ese espacio en el salón, en el comedor o en un rincón de la cocina no es lo más recomendable. Lo mejor es poder disponer de una habitación para ese fin o que el cuarto en el que que instales tu lugar de trabajo pueda utilizarse exclusivamente para ese fin durante las horas que estés trabajando. Eso es muy importante si durante la jornada laboral hay más gente en casa.
A partir de tener elegido el espacio en el que vas a trabajar, recuerda también que esté bien iluminado (si puedes tener iluminación natural durante gran parte de la jornada, mejor) y que sea un lugar en el que te sientas cómodo y te guste estar. No olvides tampoco de instalar una buena silla ergonómica que cuide tu espalda.
El espacio debe estar equipado con todo aquello que necesitarás para desempeñar tus tareas y funciones: desde un ordenador, conexión a Internet, línea telefónica, material de oficina, papel,… dependiendo de tu trabajo, por supuesto. Asegúrate también de tener el espacio suficiente para poder archivar documentos o tener material a mano y disponer de elementos, si son necesarios, para poder planificar o para colgar recordatorios.
Deberás evitar distracciones innecesarias, como por ejemplo tener televisión o tener a mano cosas de tus hobbies. Aún así, recuerda decorar ese espacio con alguna fotografía o una pequeña planta: lo hará más agradable. Al empezar tu jornada, puedes coger una botella de agua y ponerla también en tu escritorio para evitar tener que levantarte continuamente.
En Lee Hecht Harrison asesoramos a los individuos en el desarrollo de su carrera dentro de la organización o en su etapa de transición hacia nuevas oportunidades de empleo. Haga click aquí para más información.
