AMIGOS EN LA OFICINA…PERO NO TANTO

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A los beneficios de hacer equipo y fomentar el compromiso se pueden anteponer algunos riesgos que tienen que ver con que la relación personal pueda contaminar la estrictamente profesional.

El estudio “Los siete principios de psicología positiva” que impulsan el éxito y el desempeño en el trabajo revela que aquellos profesionales que impulsan la amistad en su compañía y organizan actividades sociales en el lugar de trabajo tienen un 40% más de posibilidades de promocionar en los dos años siguientes.

Y una reciente encuesta de Gallup indica que un buen amigo en el puesto habitual incrementa la satisfacción profesional en un 50%. Además, aquellos que tienen un “mejor amigo” en el trabajo, son siete veces más proclives a estar comprometidos y enganchados en su puesto.

Sin embargo, ciertas fórmulas de relación personal con los empleados, más allá del trabajo, no son ni eficaces ni edificantes. En ocasiones, quedar con el jefe y los compañeros fuera del horario de oficina para cualquier actividad lúdica puede resultar muy complicado para quienes tienen hijos pequeños, o para aquellos que desean distinguir la esfera profesional de la personal.

Lo ideal es fomentar con moderación las relaciones personales en el entorno profesional, respetando al que no quiere o no puede, sin obligarle ni marginarle.

Resulta evidente que la socialización permite conocer mejor a las personas y a la cultura, y tiene que ver con el compromiso. En determinados entornos en los que son frecuentes los reinos de taifas, facilita además las relaciones transversales, cada vez más necesarias en las organizaciones y logra vínculos que facilitan los procesos internos que acaban con las áreas estancas.

El inconveniente a todo esto es que no se trate de algo voluntario, o que se convierta en un requerimiento que no tiene que ver con lo profesional, ya que conocerse mejor no tiene por qué hacerse fuera del trabajo.

Lo incorrecto es tender a cierta socialización obligatoria en la que se excluye de cualquier oportunidad de promoción a quienes no participan.

Hay que tener en cuenta que cuando un jefe se involucra con las personas de su equipo pierde objetividad. La cercanía lleva a valorar más al que está cerca, en detrimento de personas más cualificadas, y promocionar de este modo no es propio de un buen jefe sino de alguien con hábitos de liderazgo mediocres.

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