El reto para los teletrabajadores que están en sus hogares es lograr que la familia entienda y apoye que está trabajando. Estar en la casa no significa que no se está haciendo nada, es una afirmación que integra la conversación que todo teletrabajador que ejecuta su trabajo desde su hogar debe tener con su familia en algún momento.
Es difícil decirle que no a la petición de juegos de los niños, o evitar las molestias generadas por no poder ‘hacer el mandado’; también es cierto que una de las ventajas del teletrabajo es poder administrar el tiempo de una mejor manera buscando el equilibrio entre la vida personal y la familiar, pero como en cualquier otro caso: todo está en los límites.
Lo primero que hay que tener claro y hacerle saber a la familia, incluso antes de adoptar el teletrabajo como modalidad laboral definitiva, es justamente que estar en la casa no significa que no se está haciendo nada, y que por el contrario, estar trabajando desde el hogar implica de parte del trabajador una serie de competencias adicionales, como la gestión del tiempo y el cumplimiento de metas, que derivan en beneficios como ahorrarse dineros de transporte o alimentación, o ganarse un par de horas más en la mañana y en la tarde para compartir tiempo de calidad con los hijos.
Las familias de los teletrabajadores también han de tener ‘competencias’ relacionadas con el respeto por el tiempo y las responsabilidades del otro, o la delegación y la gestión de tiempos y tareas, y aunque existen consideraciones generales durante los procesos de selección sobre las familias ideales para teletrabajar, quien tiene la última palabra es el empleado, porque él mejor que nadie conoce los alcances de su núcleo familiar y está en capacidad de intuir qué tan solidarios serán con su trabajo desde casa.
En ocasiones teletrabajar implica flexibilizar por completo las jornadas de trabajo y poder administrar el tiempo en función del cumplimiento de metas, sin ‘marcar tarjeta’ así sea de forma virtual; en otras, por las características del cargo desempeñado, es necesario cumplir con ciertos horarios aun cuando se esté trabajando en remoto. En cualquiera de los dos, el equilibrio y los beneficios del teletrabajo llegan cuando se logra un balance entre el cumplimiento de las responsabilidades laborales y un sano desempeño en la vida doméstica que solo es posible con buena comunicación y comprensión por parte de la familia de lo que implica ser un trabajador en los nuevos tiempos.
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