Nos estamos refiriendo tanto al hacerlo en un diálogo de dos personas, como en una exposición frente a muchas. “Cuenta la historia que Demóstenes, el más grande orador de Grecia, salía con las primeras luces del Sol, iba a la playa y allí le gritaba al astro rey con todas sus fuerzas. Su objetivo era fortalecer los pulmones. Después de realizar ese ritual, volvía a su casa a practicar. Lo hacía de una forma muy particular. Se echaba un puñado de piedras entre la boca y se ponía un cuchillo entre los dientes. Así se obligaba a hablar sin tartamudear. Con mucha exigencia y perseverancia concretó las metas buscadas.”
Hoy día la propuesta de aprendizaje es un curso “Public Oral Fundamentals”-LinkedIn que ofrece la oradora profesional Laura Bergells, quien hace hincapié en el uso de las palabras de relleno y muletillas que quitan brillo a la exposición. Los consejos se centran en la relajación y preparación previa y en el ensayo grabado y escuchado por uno mismo.
Relajarse
Las personas usan más palabras de relleno cuando están nerviosas. Tome en cuenta que hablar en público no pone en riesgo su vida, nadie lo va a lastimar, es solo una charla. Además, si se da cuenta que está usando algunos “um”, recuerde que no es el ‘fin del mundo’. Casi todos los usan y en su mayoría pasan desapercibidos. Solo dígase a sí mismo que ese es su último “um” del día, luego sonría y siga adelante.
Prepararse
Cuanto más preparado esté, menos usará palabras de relleno, ya que esto le ayudará a relajarse. La gente suele usar muchos “um” y “este” si no están seguros de lo que van a decir. Los mejores oradores saben exactamente lo que van a decir y lo ensayan una y otra vez. Si cree que ensayar una presentación para uno mismo es algo tonto, bueno, es mucho menos tonto que mirar perplejo a un grupo de personas.
No leer la lista
Cuando la gente lee una lista o viñetas, suele decir “um” antes de cada nuevo punto. Así que no solo lea una lista ante su público, algo que es común cuando se hace una presentación de PowerPoint (además, tampoco es exactamente la experiencia más emocionante).
Mejor cuente historias en lugar de leer diapositivas.
Cuando esté contando una historia, usará mucho menos palabras de relleno y su relato será mucho más atractivo para la audiencia.
Grabe su propia voz
Al reproducir el audio, escuche las circunstancias en las que utiliza “um” y “ehh” o “¿no?”. Si usted es consciente de esas circunstancias, es más fácil evitar que continúen. Además, cuando se escucha a sí mismo, no se sienta mal por cada ruido de relleno que escuche. Una vez más, casi todo el mundo usa muletillas cuando hablan y en su mayoría pasan desapercibidos. Entienda que con la práctica es posible que no las elimine por completo, pero puede reducirlas sustancialmente.
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