Un estudio revela que donde hay mayor tasa de empleo entre mayores de 55 años se observa crecimiento del PBI. Los países de la OCDE podrían aumentar su economía en unos u$s 2 billones, si aprovechan el poder económico que generan los trabajadores mayores de esas edad, según el Golden Index, elaborado por PwC. Los países nórdicos figuran entre los primeros puestos del ranking.

La mejora de la calidad de vida, gracias a los avances de la ciencia y la medicina, y los cambios de hábitos tradicionales impulsan a más gente a desear seguir trabajando luego de la edad jubilatoria. Algo que debería fomentarse, según PwC, ya que según un estudio entre países de la OCDE, estimular el empleo de mayores de 55 años y extender la vida laboral genera un crecimiento de la economía.

De hecho, según el Índice de la Edad de Oro (Golden Index) de PwC, los países de la OCDE podrían agregar alrededor de u$s 2 billones a su PBI a largo plazo, si la tasa de empleo para los trabajadores de más de 55 años fuera igual a la de Suecia, el país de mejor desempeño de la UE.

El Golden Index es un promedio ponderado de indicadores, como el empleo, los ingresos y la capacitación, que reflejan el impacto de la fuerza laboral de los trabajadores mayores de 55 años entre los 34 países miembros de la OCDE.

El incremento potencial del PBI a largo plazo difiere de manera significativa entre países, desde el 2,6% en Chile al 16% en Grecia. Otros países que ocupan los últimos lugares también podrían experimentar grandes ganancias, como Bélgica (13%) y Eslovenia (12%).

Entre 2015 y 2050, la cantidad de trabajadores de 55 años o más en los países de altos ingresos, miembros de la OCDE, crecerá cerca de un 50%, y llegará a alrededor de u$s 538 millones.

Los países nórdicos ocupan un papel destacado en el índice, con Islandia como líder, Suecia en 4º lugar y Noruega en el 6º. Dinamarca se ubica en el 13º lugar, y Finlandia, en el 14º.

En tanto, Israel subió un lugar y quedó 3º desde el año pasado; Corea y Japón escalaron dos lugares, al 7º y 8º puesto, respectivamente; Australia quedó en el puesto 12º, después de subir cuatro posiciones; y Alemania ascendió dos posiciones, y quedó en el 15º.

En el caso de Chile, ocupa el 10º lugar en el índice de la Edad de Oro, con un impacto en el PBI de u$s 5.800 millones. El estudio no midió a la Argentina, donde la edad jubilatoria es de 60 años de edad para las mujeres y 65 para los hombres.

El el caso del Reino Unido, si bien mostró un gran progreso en relación con la tasa de empleo, tiene aún un potencial incremento de 80.000 millones libras esterlinas del PBI, si el país iguala el desempeño de Suecia.

«La esperanza de vida cada día es mayor y muchas personas tienen ganas de seguir en carrera. Hasta ahora, las personas atravesaban etapas similares en sus vidas: educarse, trabajar, formar una familia, jubilarse. Hoy estas etapas no siguen un secuencia fija; algunas dilatan el formar una familia, otras eligen trabajar duro desde muy jóvenes y ahorrar, otros prefieren trabajar más relajados», comentó María Fernanda Álvarez Apa, gerente de consultoría de People & Change de PwC Argentina.

Con estos cambios, «a lo largo de la vida laboral cada día va a ser más habitual emprender distintas etapas: trabajo en relación de dependencia, por cuenta propia, tomar períodos sabáticos; siempre se está en un aprendizaje constante, no sólo de nuevas tecnologías», agregó.

Entre las prioridades para los gobiernos de la OCDE, PwC destaca que se deben reformar los sistemas jubilatorios y otorgar otros incentivos financieros para promover el retiro tardío; fomentar capacitaciones y cursos de perfeccionamiento, en respuesta a los cambios tecnológicos; y combatir la discriminación por edad.

El estudio también destaca que las políticas de trabajo flexible pueden incentivar a mujeres a permanecer en su empleo más tiempo. Por eso, fijar las «políticas apropiadas incrementará la tasa de empleo de aquellas trabajadoras mayores de 55 años y puede ayudar a reducir la brecha de salario por género, la cual parece ir aumentando con la edad», destacaron.

«La flexibilidad es esencial para encarar la permanencia de los mayores en el mercado laboral. Opciones de jornadas más cortas y algunos días a la semana es una buena forma de seguir aportando experiencia, a la vez que redunda en la satisfacción personal de personas que se sienten física y mentalmente fuertes para seguir colaborando en el mercado laboral», explicó Álvarez Apa. Y aclaró que emplear a trabajadores de mayor edad no desplaza a los jóvenes. «El mix generacional aporta valor agregado en todo ámbito y asegura una mirada integral e inclusiva», explicó.

El Cronista

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