Hay muchos teletrabajadores que trabajan incontables horas y, pese a ello, no logran mantener una continuidad entre un trabajo y otro. Otros, pese a su esfuerzo, reciben feedback negativo que perjudica su marca personal y por sobre todo, su carrera.
Esto se genera porque mantienen rutinas perjudiciales que se convirtieron en hábito, y por ese motivo, no las cuestionan. Para romper con ese ciclo vicioso, recomendamos:
No aceptar más proyectos que los que puedes realizar.
Diferenciar entre cantidad y calidad. Quienes toman muchos trabajos y no tienen tiempo suficiente para completarlos, disminuirán la calidad de los mismos. Es mejor planificar antes de aceptar nuevos proyectos y calcular el tiempo y recursos que tomará.
Comunicar siempre. Mantener informados a los clientes sobre el progreso de sus encargos es indispensable. La comunicación fluida y abierta es clave, por lo que sugerimos enviar reportes o actualizaciones a los clientes. De este modo, no solo se demuestra profesionalismo, sino que mejora la relación y el compromiso entre las partes.
Mantener respetuosa distancia. Cuidar el lenguaje y las expresiones, por muy cercanos que seamos al empleador; nunca es bueno pasarse de «confianzudo». Los términos apropiados y buena educación siempre son bien aceptados.
Conocer al empleador o cliente: Al trabajar en multiplicidad de proyectos es difícil tener un regsitro y seguimiento de cada uno. Pero tener información de cada empleador reporta beneficios: como referencia para ampliar redes de contactos para futuros trabajos.
Trato personalizado. A los clientes no les gusta «ser un número más». Las propuestas comerciales sin personalizar, estandarizadas, con «copiar y pegar» evidente, reflejan poco interés en el proyecto. Es mejor tomarse un tiempo para preparar una propuesta a medida de cada cliente. Eso demostrará determinación y dedicación.
Cumplir con las fechas de entrega. Si uno asumió el compromiso de un deadline, debe cumplirlo. No es bien visto el hábito de posponer: genera malas calificaciones.
No cambiar costos. Estamos en una economía fluctuante y es comprensible que algunas cifras deban alterarse pero, es recomendable no modificar el presupuesto inicial. Conviene aclararlo en la propuesta comercial desde un comienzo y, e caso de ser requerido un reajuste, conversarlo con el empleador. Los cambios de costos es lo más desalentador para quienes contratan profesionales independientes.
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