Los cambios en el mercado laboral que traen las transformaciones tecnológicas nos obligan a analizar la data y reflexionar sobre lo aprendido apoyando en los procesos de recolocación de miles de personas impactadas por esta realidad en el Perú y el mundo. Estas son algunas conclusiones sobre las actitudes y comportamientos de quienes hoy se mantienen relevantes y competitivos.
Comprenden la realidad del mundo del trabajo – y permanecen muy atentos anticipando los cambios y disrupciones en sus sectores o especialidades. Entienden que todos los trabajos son temporales y están siempre listos para su siguiente encargo o responsabilidad. Tienen un plan B.
Saben lo que quieren y se preparan – tienen una visión clara de hacia adónde dirigen su vida profesional y, por tanto, asertivamente salen de su zona de confort para ganar nuevas experiencias y darles nuevo valor a sus competencias. Desarrollan habilidades blandas – por ejemplo, creatividad, comunicación, flexibilidad y adaptabilidad -, para mantener sus perfiles vigentes.
Asertivamente cuidan su marca y su reputación – saben que el éxito de su carrera y el valor de su marca personal están condicionados a la demanda que tengan sus servicios. Esta demanda deviene directamente de los resultados que generen y de la reputación que mantengan. Actúan con coherencia y consistencia.
Generan resultados – con conciencia plena de su rol como proveedores de servicios, documentan con hechos y data el valor con el que contribuyen a metas y resultados. Registran también las lecciones aprendidas para saber que van en la dirección correcta. Usan su curiosidad para innovar y aportar nuevas ideas y perspectivas.
Desarrollan su carisma – saben que la calidad de las interacciones con los demás dependen de la confianza que sean capaces de generar en ellos. Y que esa confianza se gana actuando con transparencia, autenticidad y calidez. Brindan generosamente reconocimiento, buena energía, entusiasmo e inspiración.
Tienen muchas relaciones de confianza – genuinas y auténticas, – y no solo vía LinkedIn, Facebook o WhatsApp – con quienes el aprecio es mutuo y real. Buscan darles valor y contribuciones antes de esperar recibirlos. Esas relaciones aportan a sus vidas diversidad de criterios para ampliar sus paradigmas y modelos mentales.
Son muy éticos – saben que hoy todo queda registrado, nadie es impune y que sin valores no hay reputación ni confianza y por tanto, no hay futuro laboral.
Se hacen cargo – con sana ambición y madurez, asumen el liderazgo y la responsabilidad del desarrollo de sus perfiles. Internalizan que trabajan para ellos mismos en la venta de servicios profesionales de calidad y son consecuentes con eso.
Están en lo digital – entienden los fundamentos de las nuevas tecnologías y comprenden el léxico básico que les permite interactuar y aportar positivamente frente a los nuevos retos. Saben que todo se puede aprender también online. Nada detiene sus ansias por aprender.
Inés Temple es Presidente Ejecutivo de LHH Perú y Presidente del Directorio de LHH Chile
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