Las soft skills pueden definirse como “habilidades de comportamiento”, un conjunto de habilidades interpersonales, situacionales y emocionales que ayudan a la empresa y a sus equipos humanos a enfrentarse a la complejidad y la imprevisibilidad del mundo que les rodea.

En el año 2030, se estima que la demanda de habilidades tecnológicas aumentará en un 55%, los requisitos para las habilidades sociales y emocionales (liderazgo, gestión, etc.) aumentarán en un 24% y la demanda de habilidades altamente cognitivas (como la creatividad o el procesamiento de información compleja) aumentará en un 8%, según el informe El futuro del lugar de trabajo, de la consultora McKinsey.

1. Colaboración remota. Las organizaciones están cada vez más conectadas a través de la red y cuentan con equipos adaptables, remotos y multiculturales. Además, las comunidades virtuales y redes sociales están tomando el relevo de las organizaciones verticales.

Colaborar y cooperar a distancia resulta imprescindible. Para lograrlo se requieren fuertes habilidades interpersonales, habilidades en el uso de herramientas de colaboración, conocimiento de varios idiomas y saber distinguir y entender posibles diferencias culturales.

2. Comunicación digital. Resulta esencial ser un usuario competente, pero no es bastante. La alfabetización digital implica tres habilidades complementarias:

Buscar, acceder, clasificar, filtrar y sintetizar la información relevante de forma crítica y sistemática.
Producir contenido que aporte un valor agregado real para otros: ir más allá de simplemente compartir.
Producir y publicar contenidos multimedia adecuados.

3. Agilidad y adaptabilidad. La cada vez más fragmentada naturaleza de las trayectorias profesionales lleva a desarrollar un conjunto de conocimientos y experiencias que serán ampliamente transferibles.

La agilidad y capacidad de las personas para liderar el cambio será un factor clave de éxito; tendrán que trabajar una gran tolerancia a la incertidumbre y a las nuevas ideas, adquirir conocimiento en varias disciplinas y ser capaces de asumir el cambio continuo.

4. Creatividad y sentido de la innovación. La creatividad es la habilidad de proponer nuevas formas de interpretar las situaciones. Implica estar abierto a nuevas ideas y experiencias (culturales, artísticas o profesionales). Una persona puede desarrollarla como usuario experto de las herramientas que fomentan esa creatividad y buscando entornos que favorezcan la creación de nuevas ideas.

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