«Cada emoción nos predispone de un modo diferente a la acción; cada una de ellas nos señala una dirección que, en el pasado, permitió resolver adecuadamente los innumerables desafíos a que se ha visto sometida la existencia humana.» Daniel Goleman
Somos normales tenemos momentos de enojo -atención no de ira – otros estamos contentos, y un sinfín de otras emociones tanto en la vida personal como en la laboral. Sin llegar a ser «robóticos» es importante para nuestro desarrollo aprender a conocernos y controlarnos, aprendizaje que redundará en múltiples beneficios para acceder a nuestros propósitos.
La propuesta incluye ciertos ejercicios útiles por ejemplo:
1. Identificar las emociones frente a determinados estímulos
El cuerpo humano puede reflejar las emociones de muchas maneras, depende de ti identificar a tiempo cuando determinadas emociones comiencen a surgir. Conocer nuestras reacciones nos pueden salvar de un momento de arrebato con nuestro superior o compañeros de trabajo.
2. Encontrar el detonante
La manera más eficaz de poder gestionar las emociones es identificar qué es lo que nos hace reaccionar. A veces, sin darnos cuenta acumulamos cosas y con el más mínimo estímulo podemos reaccionar negativamente.
3. Hacer ejercicios de respiración
Los ejercicios de respiración son muy beneficiosos para relajarse en momentos de estrés y tensión, controlan el sistema nervioso y te ayudan a pensar de manera más objetiva.
4. Ser proactivo
Enfrascarte en las emociones negativas sólo seguirá atrayendo cosas negativas. Cuando estés experimentando un momento de estrés en el trabajo es importante que lo enfrentes. Es mejor hacer algo para cambiar las cosas, que quedarse con una emoción negativa todo el día.
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