ACORTANDO LAS DISTANCIAS GESTIONANDO EQUIPOS REMOTOS

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Recientemente, la gestión de equipos a distancia involucraba principalmente a gestores de proyectos internacionales, managers y profesionales habituados a manejarse con cambios de horarios, diversidad cultural, cambio de idiomas, y manejo de la conectividad en sus interacciones. En situación de alerta sanitaria, la gestión de equipos de forma remota forma parte de la nueva realidad.

Hemos conversado con expertos en gestión y nos han hablado de cómo acortar distancias y ser efectivos sin estar físicamente presentes.

Todos coinciden en ver el lado positivo: menos interrupciones, más control sobre nuestra agenda, disponer de más autonomía para gestionarte y gestionar el empoderamiento del equipo y, en algunas zonas del mundo, evitar largos desplazamientos que limitan la conciliación familiar.

Sin embargo, conseguir altos niveles de efectividad requiere de una gestión diferente que influirá en los resultados y en el bienestar vuestro y de vuestro equipo.

Estas son algunas claves:

1. Comunicación clara, y explicación de objetivos/metas alineadas al propósito

Todos sabemos la importancia de tener un “WHY” en las organizaciones, un sentido del propósito que nos guíe en el día a día. Trabajando con equipos remotos es aún más importante. Las personas necesitan saber que se espera de ellos, y cómo sus acciones pueden formar parte de “algo mayor”. Trabaja de forma eficaz el WHY con tu equipo y alinea objetivos y entregables en el corto y medio plazo con metas significativas. Habla abiertamente de ello, y explica como el trabajo de cada persona puede contribuir al resultado colectivo.

2. Delega y empodera a tu equipo

Una vez definidos los objetivos, ten una actitud responsable y autentica, evitando el “micromanagement” o micro-gestión. Desde el punto de vista del colaborador, no hay nada peor que tener a alguien en remoto haciendo un seguimiento excesivo. Si has obtenido el compromiso del equipo, ¡confía! Si tienes dudas de que puedan completar el trabajo, pregunta qué podrían necesitar.

3. Se respetuoso con el tiempo de la gente. Trabajar en remoto no es trabajar 24/7

Este es un punto sensible, porque no sólo genera frustraciones, sino que puede provocar situaciones de estrés y sobrecarga en tu equipo. Ayúdales a que se pongan rutinas de inicio y de fin de jornada, que hagan descansos y sobre todo que busquen espacios de desconexión y relajación. Anímales y anímate a cambiar de registro. Disponemos en las redes una extensa oferta de programas gratuitos para hacer deporte, meditación y aprender casi cualquier materia. Da y date esos espacios para disfrutar, relajarte y conectar con la familia y amigos. De la misma forma que sabemos estar “on”, hay que saber estar “off”.

4. Genera espíritu de equipo, acorta las distancias.

Trabajar en remoto puede ser beneficioso para los más introvertidos, y un auténtico infierno para los más sociables; puede experimentarse de forma diferente por los más jóvenes o los más maduros. Trabaja con la diversidad. Pide sugerencias a unos y a otras, lo que más les estimula y lo que menos, lo que podrían aprender juntos. ¿Cómo podemos aprovechar la diversidad y generar espíritu de equipo estando a distancia? Ellos te pueden dar la clave, tú puedes hacerlo posible.

5. Uso de tecnología correcta y eficaz para cada situación

La crisis generada por el coronavirus COVID-19 nos impone también algunas limitaciones en el uso de la tecnología. Líneas saturadas por exceso de tráfico, ruido en las conversaciones o conexiones que se caen… investiga en función de tus necesidades qué tecnología te puede ayudar. Zoom, Microsoft Teams, Skype, Adobe Connect suelen funcionar bien. En ocasiones, el tradicional “phone call” te sacará de un apuro.

Belén Gutiérrez Pérez – LHH Argentina

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